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La mañana en la casa de Louis comenzó con una mezcla de rutinas y nuevas preocupaciones. La presencia de Harry, aunque aún timorosa, aportaba un cambio inesperado en la dinámica de la casa. Louis, agotado y con la mente enredada en la culpa y la responsabilidad, intentaba cumplir con sus deberes mientras navegaba por un mar de emociones conflictivas.

—Tomate tu tiempo para despertarte, es tu primer día aquí y debes acostumbrarte. Baja cuando te sientas listo, podrás encontrar la cocina bastante rápido —y decidiendo respetar sus tiempos, cerrando la puerta de la habitación, encaminando sus pasos hacia las escaleras.

Cuando entró a la cocina, el aroma del desayuno recién hecho le dio un breve respiro. La familiaridad del espacio, con su estilo acogedor y elegante, contrastaba con la tensión que sentía en su pecho.

—Puedes retirarte por hoy, Amanda. El resto del día me encargo yo —le sonrió a la mujer, y esta hizo lo mismo en respuesta.

—¿Seguro, señor Tomlinson? Sabe que no es ninguna molestia para mí trabajar hasta tarde.

—Sí, seguro. Además debes tener ganas de pasar tiempo con tu familia, hazlo —le guiño un ojo, y ella asintió, dándole la razón— ten un buen día.

—Usted también, señor. 

Por una parte tomó esa decisión para darle el día libre a la mujer, y por otra parte para que no viera al adolescente que tenía viviendo en su casa. Aún no había pensado una buena mentira por la cual explicar su repentina aparición además de la que le había dado a sus seguratas. 

Mientras le ponía mermelada de fresa a una tostada el rizado apareció frente a él, con esos aires de timidez que ya lo caracterizaban. Sin dudarlo lo invitó a tomar asiento, además de que le indico que se sirviera lo que le llamaba la atención.

—¿Qué es esto? —preguntó, al levantar un plato con chocolates medianos de diferentes formas.

—Son frambuesas cubiertas en chocolate blanco y negro —sonrió de lado, notando la sorpresa en su rostro— pruébalas, te las recomiendo.

—Bien, les daré una oportunidad.

El adolescente, con su timidez habitual, parecía estar probando su entorno con cautela, como si cada acción y cada palabra fueran una prueba de los verdaderos sentimientos de Louis hacia él. Agarró una frambuesa con cierta duda, la analizó por unos segundos y le dio un mordisco. 

the auction (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora