1-Peter

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En alguna parte de la ciudad de New York una chica llamada Teresa lloraba su resiente ruptura. Después de meses sin ver a su novio al ir de sorpresa a visitarlo en Chicago se encontró con la devastadora sorpresa de que estaba con otra, insultando y golpeando salió del lugar mucho mas que molesta para llegar una vez más a su pequeño departamento y caer en un mar de lágrimas, tomar un bote de helado de chocolate y sentarse a ver por doceava vez en su cuenta de netflix "la razón de estar contigo" en medio de un mar de lagrimas y pensando en si ella también podría reencarnar y seguir buscando el verdadero amor.

Lo que Teresa no podía imaginarse, ni le interesaba en realidad, es que un chico llamado Peter hacia exactamente lo mismo solo que con helado sabor mora y por razones distintas, sin mencionar el hecho de que tenia 3 días allí. Pues bien, él no había sido victima de una infidelidad, su novio no se había portado mal, ni le había mentido sino todo lo contrario. Luego de una declaración un tanto peculiar empezaron a salir juntos,  todo iba de maravilla y Peter no podía estar mas feliz,  pero las cosas jamás son color rosa para estos dos...

3 meses atrás...

-¡¡baby-boy!!- saludaba Deadpool desde atrás a su pareja.

-Hola Wade- saludó Spiderman levantándose la mascara hasta la nariz para que el otro pudiera ver su sonrisa, pues hoy era un día especial...

-¡Feliz aniversario las 8 meses pet-pet!- dijo el de las katanas contento extendiendole un gran ramo de rosas rojas a su "amorcito".

-oh Wade...son hermosas, muchas gracias- dijo el mas bajito tomándolas en sus manos, abrazándolas un poco contra su pecho para aspirar su aroma- vainilla- pensó en voz alta- solo tú podrías hacer que las rosas tuvieran aroma a vainilla jeje-

-¿Qué puedo decir? Es un día especial- alardeo un poco y se sentó al lado de su castaño.

-yo también preparé algo para ti- se recostó un poco en el hombro del mayor con una sonrisa tímida en sus labios y un pequeño sonrojo en sus mejillas, le daba algo de vergüenza pensar en lo que había hecho.

-jummm~ ¿Qué podrá ser?- fingió pensarlo un poco, se quitó su mascara y acercándose al rostro del chico preguntó en un tono pícaro - ¿Podré adivinar? Tal vez algo muy caliente- empezó a abrazarlo por la espalda baja.

-mmm puede que si- respondió en el mismo tono siguiéndole el juego

-es algo muy sabroso que adoro devorar mordisco a mordisco- juntó sus frentes y lo acerco mas aun por la cintura.

-así es- afirmó tomándolo por los hombros sin apartar su mirada.

-algo que adoro saborear con mi boca cada centímetro - sus labios estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro.

-Wade...- suspiró su nombre con la boca entre abierta.

-si baby-boy?-

-llévame a casa- dijo suplicante.

Sin esperar mas tomó a su chico con un brazo mientras con el otro tomó la escalera de incendios y se deslizó hasta su piso, cada vez mas ansioso por lo que venía a continuación y aun sin apartar la mirada del otro entraron a la casa, Wade lo llevó hasta la cocina y soltandolo en el suelo con cuidado contemplo el pequeño regalo de su pet-pet.

-¡Oh cielos! ¡Pete-pay!! ¿Cómo lo supiste?- Wade miraba maravillado esa montaña de chimichangas, tacos, burritos y nachos.

-Jajajaja pudiste olerlos desde el tejado ¿no es cierto? - lo miró con una sonrisa juguetón

-¿Se notaba mucho? - preguntó sentándose para disfrutar del maravilloso regalo de su novio.

-Jajajaja solo un poco- se acercó para darle un beso en la mejilla- disfrútalo, iré a cambiarme.

regresa conmigo, es todo lo que pido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora