Terribles Pesadillas

Tragedia

Bueno otro cap para ustedes. Gracias a mi beta AriCat_hg por serlo y ayudarme.

Recuerden comentar la historia y cualquier duda. Bueno se los dejo justo aqui. A leer!!!

Terribles pesadillas capítulo 3

Espero a mamá en la sala de espera. Se supone que el día de hoy nos entregarán a Zeus. Miro aquella pulsera que me regaló Kiba aquella tarde después de la plática con su abuelita.

Todo fue tan extraño. Su voz sigue dando vueltas en mi cabeza, pero no encuentro lógica a la charla de una anciana, debe tener mucho en común con mi bisabuela; la misma edad, senil con creencias ridículas.

Miro de nuevo tratando de recordar mi sueño anterior. Es algo extraño, pues a pesar del miedo y la desesperación que recuerdo haber sentido no hay imágenes en mi cabeza de aquello que me atormentó.

Suspiró mirando de nuevo hacia el pasillo con la esperanza de que mi madre venga a mi encuentro. Estoy aburrida y no puedo ir a la veterinaria a perder el tiempo, pues a esta hora se encuentra cerrada. Comienzo a arrepentirme de salir con ella en la mañana, pero tampoco quería quedarme sola.

Estoy mirando cualquier detalle. Una mancha en la pared con forma extraña, un montón de cuarteaduras que sólo son eso, cuarteaduras.

--Mi amor, lo siento tanto.- la voz de mi madre me hace girar. --Creo que tardaré un poco más, ¿Por qué no vas de paseo por el pueblo? Te llamaré en cuanto salga.-

Salgo a caminar por el parque, y noto que las personas son extrañas. Caminan de aquí para allá rápidamente. Observando a todo aquel que no conocen; a mí. Llegó a un pequeño supermercado y veo un grupo de chicos con pinta de campistas. Hablan entre ellos y ríen, compran lo necesario y cuando me formo detrás ellos para pagar, un chico hace una pregunta extraña a la cajera.

--Dicen que el bosque esta embrujado ¿Es verdad que ha desaparecido gente ahí?- la chica observa a las personas en la fila detrás del grupo antes de responder, como si consideras la respuesta a dar.

--Es sólo un bosque.- el chico la mira de manera extraña ante su tono, quiso ser indiferente.

--¿Qué hay de las desapariciones?- la chica vuelve a mirar a la fila de manera sutil. La veo suspirar.

--Bueno de eso...-

--¿Podrías darte un poco de prisa?- estaba tan concentrada en lo que ella diría, que me sobresaltó al escuchar eso detrás mío.

La chica rápidamente cobró y se apresuró a atenderme. Camine de la manera más despacio posible, contando mis monedas y revisando mi ticket. Claro todo calculado, quería escuchar más.

--No seas imprudente Izumi. Recuerda que está prohibido hablar de eso. - la chica suspiró ante el sermón.

--¿No deberíamos decir que está prohibido ir al bosque?-

--Sólo sigue las reglas. No se habla de ello a nadie.-

Salgo y me quedo parada afuera tratando de racionalizar aquella charla. Escucho la puerta abrirse y al hombre de la caja salir y subirse a una camioneta, hay un perro dentro, un pastor alemán le lengüetea la cara en cuanto sube.

Camino un poco más por el centro pensando en toda aquella charla. Termino sentada en un parque cercano, sonrió a ver a varios niños jugar con perros de cualquier raza. Decido observar un poco más a mí alrededor. Esto es sólo una pequeña ciudad.
Hay locales pequeños. Supermercados, tiendas de ropa, zapaterías, estéticas, una gran farmacia, locales de comida, jugueterías y más. Me imagino que todos son negocios propios. Me rió, extrañando las grandes empresas exprimidoras de dinero. Es gracioso no poder observar un Wall-Mart.