Un día normal para Daniel hace 9 años
Estaba sentado en el bus escolar camino a mi casa, era un trayecto de mas o menos 1 hora así que me dediqué a mirar por la ventana hasta que el bus se detuvo anunciándome que ya debía bajarme.
Cuando entré a mi casa se escuchaban gritos desde la cocina, lo mismo de siempre; mi padre era un alcohólico y todos los dias llegaba borracho pero lo peor de todo era que se enojaba por todo y nos pegaba a mi madre y a mi; hoy no era la excepción.
Ayer no había llegado a dormir a casa y mi mamá le estaba reprochando hasta que él comenzó con los golpes, mi madre suplicaba que le dejara de golpear, mi hermana de 1 año lloraba desconsoladamente y yo solo estaba paralizado en la entrada de la cocina, entonces reaccioné, reuní todas las fuerzas que tenía y lo pateé para que dejara de golpearla, pero cuando se dio cuenta que era yo quien lo había golpeado, me levanto con una sola mano y con la otra estrelló el puño en mi cara, solo sentí caer al piso y entrar en una profunda oscuridad.
Cuando desperté estaba en mi cama y mi madre estaba sentada en frente mio con su rostro empapado en lágrimas y lleno moretones.
Cuando se dio cuenta que la estaba observando se tranquilizó un poco y se acostó a lado mio y empezó a susurrar:
-lo siento, lo siento tanto mi pequeño Daniel.
Lo único que hice fue abrazarla fuerte hasta caer dormido.
Cuando volví a despertar era hora de ir a la escuela, asi que me alisté y subí al autobús que estaba esperándome.
Al subir todos me quedaron mirando ya que tenía un enorme morado en mi mejilla derecha.
Me senté en mi puesto de siempre y puse a un lado mi mochila ya que nadie se sentaba conmigo. Estaba distraido mirando por la ventana cuando de repente una vocecita pedía mi atención:
-Disculpa, ¿podría sentarme aqui? Es que soy nueva y no hay más asientos disponibles.
Quité mi mochila y ella rápidamente se sentó, sus ojos de un bonito color miel miraban mi mejilla y preguntó:
-¿Qué te ocurrió en la cara?
No sabía si podía confiar en ella así que mejor le respondí:
-Mm...nada...solo...me caí.
Ella solo me quedo mirando y dijo:
-Bueno, me llamo Julie ¿quieres ser mi amigo?
Eso me tomó por sorpresa así que le dije:
-Hola Julie, me llamo Daniel...y creo que sí podemos ser amigos.
Julie se emocionó y, como el camino a la escuela era largo hablamos de todo, sobre las peliculas, comidas, juegos que nos gusta; como es obvio a ella le gustaban juegos de cocina y barbies lo contrario que a mi me gustaban jugar con carros y sobre todo jugar en el lodo.
Después de aproximadamente 30 minutos de estar hablando de todo, llegamos a la escuela, como ella era nueva tenían que decirle en que aula se le asignaría y por suerte le tocó en la mía y además como yo no tenía amigos nadie se sentaba conmigo asi que apenas entró, Julie tomó asiento a mi lado.
Cuando llegó la hora del receso salimos juntos a comer, seguíamos hablando y comiendo cuando de repente volvió a preguntar:
-Ahora que somos amigos me dirás ¿por que tienes ese círculo morado de tu mejilla?
Le conté que me golpearon solo que no dije quien lo había hecho, y esa respuesta logró que dejara de preguntar.
Pasaron los meses y nos convertimos en los mejores amigos, hablabamos, jugabamos, comiamos, reiamos, y haciamos destrosos juntos.
Antes ir a la escuela era un aburrimiento pero con la llegada de Julie todo se volvió más divertido. Claro que todo cambiaba cuando llegaba a mi casa y veía el mismo cuadro de siempre: mi padre borracho, mi madre gritandole, él pegandole a ella, luego pegandome a mi, y mi hermana llorando. Era como salir del cielo para entrar en el infierno.
Por todos los golpes que yo recibía Julie siempre encontraba nuevos moretones en las partes visibles de mi cuerpo pero no sabía la razón exacta de ellos; cuando preguntaba yo solo decía que me había caído, lo que hacía que ella pensara que yo soy un despistado pero servía para que deje de preguntarme.
Pasó el tiempo y cuando cumplí 11 años mi madre organizó una pequeña fiesta en donde invitó a un montón de personas que yo ni siquiera conocía, lo único bueno fue que también invitó a Julie; nos la pasamos jugando hasta que de pronto toda la diversión terminó.
Primero se escucharon gritos en mi casa y al acercarme más me di cuenta de que eran de mis padres, y luego se escucharon vidrios romperse, entonces, Julie y yo entramos corriendo a mi casa y lo que para mi era algo más o menos normal, para Julie era terrible.
El piso estaba lleno de trocitos de vidrio, mi madre estaba encima de estos con las manos ensangrentadas y llorando mientras que mi padre la golpeaba. Al ver esto yo traté de pararlo pero me lanzó una patada que me dejó tirado en el piso llorando. Por lo menos había dejado de golpear a mi madre y se fue, como si nada hubiera pasado. Julie que estaba paralizada, salió de su estado de shock y se arrodilló junto a mi.
En ese momento sentí tanta vergüenza, rabia y miedo de que mi padre volviera y también la golpeara a ella así que sin pensarmelo dos veces le grité:
-¡FUERA, JULIE! ¡QUIERO QUE TE VAYAS!
Ella solo me miraba desconcertada, pero yo no quería que ella estuviera aquí y me viera en este estado así que volví a gritar:
-¡¿QUÉ NO ENTIENDES?! ¡VETE! ¡NO TE QUIERO VER!
Eso bastó para que me mirara tristemente y le salieran lagrimas de sus ojos para que por último echara a correr fuera de mi casa.
ESTÁS LEYENDO
Change Your Life
DiversosUna vida con muchos problemas del pasado que no lo dejan continuar con su presente, muy cerca esta otra vida un tanto diferente pero igual al mismo tiempo.Un día sin previo aviso ambas vidas colisionan, acarreando muchas situaciones y varios sentimi...