En el silencio he recorrido todo tu cuerpo, en el silencio te he amado, en el inhóspito silencio he llorado tu despedida. Lo único que me queda es el silencio de mi fría y torva habitación, donde nuestros gemidos provocados por la ardiente pasión rompían las duras barreras del silencio y el tiempo. Solo me queda esta humilde cama que fue testigo de las noches más apasionadas y fugaces. El silencio y una pequeña lámpara de cristal, fueron testigos de cómo este siervo del amor devoraba tu sensual y exquisito cuerpo.
Devoré tu cuerpo perfecto, como una fiera salvaje. Mis ojos fueron testigo de tus bellos pechos los cuales equilibran la faz de la tierra y todo el universo, tú sensual y exquisita cadera que mueve toda la tierra. Que dulce fue el silencio de amarte, que dulce fue el tener tu piel unida a mi piel. Únicamente me queda en el ominoso silencio llorar tu adiós, llorar tu ausencia.
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Mil palabras y un Suspiro
Short StoryUn conjunto de cuentos cortos, los mismos marcados por el amor y el desamor que es capaz de arroparlo todo.