DON'T GO [CHANBAEK]

Dosis 1

***ENAMORAMIENTO***

No lo conoció bajo el brillo del sol en un suave y bello atardecer, ni mucho menos bajo el resplandor de la luna teniendo a las estrellas como testigos. No lo conoció como algún día creyó que conocería al amor de su vida; no lo conoció entre flores, ni mucho menos entre gotas de lluvia, lo conoció bajo la luz de aquellas luces sicodélicas mientras se internaba entre el humo de tabaco proveniente de aquel bar. Lo observo atento, perdiéndose en el ritmo de sus caderas, podría haber sido el baile más vulgar que existiera, pero para él ... para él era como un dulce, lento, suave y embriagante vals; casi se olvida de como respirar totalmente mareado por los sensuales movimientos de aquel cuerpo, tal vez fuese a causa de la pizca de alucinógenos que consumió antes de entrar, pero justo ahora no podría saberlo, se encontraba embriagado hasta el extremo por aquella presencia que parecía recorrer sus venas como si fuese alcohol en sus arterias; después de tanto buscar ''el amor lo encontró de forma inesperada, sin advertencias''. Convirtiéndose en su nueva droga.

Un torbellino se formó en su pecho, aun con miedo decidió acercarse «cautivado por aquella misteriosa y excitante imagen». Sus ojos seguían naturalmente cada paso del contrario, observando a la delgada figura contornearse, se sentía como un estúpido, un estúpido hechizado víctima de un dulce y cruel embrujo que hasta sería capaz de idolatrarlo y pedirle ser su fiel compañía.

Con sus fuertes y ásperas manos lo atrapo por la cintura susurrándole dulces palabras al oído, intentado atraerlo mientras le brindaba miel, casi muere al ver esa bella sonrisa rectangular «uno, dos, tres, contó los latidos de su corazón» esa sonrisa era como ninguna otra, simplemente inigualable; no le importó el aliento a tabaco cuando acerco sus labios a los contrarios y mucho menos el sabor a pescado en la boca del contrario a la hora de besarlo, para él era el mejor aliento que había disfrutado en su vida, para Chanyeol el aliento de aquel pelirrojo menudo sabia a menta y cerezas y sus labios eran como frutas más dulces que la hiel y mucho más adictivos que la heroína que alguna vez consumió y prometió dejar.

La tentación era demasiado grande, su corazón nunca había latido tan fuerte y mucho menos había tenido la desfachatez de siquiera pensar en tener sexo con tanto público a su alrededor pero entre los brazos y besos de aquel chico... todo parecía posible; se perdía a sí mismo, como si esas claras orbes oculares le pidieran que lo siguiera al mismísimo infierno y él respondiera con una intensa y algo desviada mirada "te seguiré incluso si queda en el fin del mundo" era como si cada mano del contrario tomara su corazón y lo agitara fuerte y posesivamente.