15. Cielo

36 6 1
                                    

Casi siete meses de relación – Casa de Kinsuke

El sol entró por la ventana muy temprano. Me despertó, pero no me molestó. Le sonreí feliz. Me sentía feliz, me sentía lleno, me sentía... en el cielo.

Miré a mi lado. Taiyo estaba durmiendo plácidamente, a su manera. Yo no era del tipo de dormir amarrado a su chico, pero tuve que reconocer que tuve el impulso de abrazarlo, por unos momentos. En lugar de dejarme llevar y despertar al pobre, me tumbé boca arriba, apartando mi melena, y miré al techo, sonriendo. Quería disfrutar de verdad del momento de tranquilidad.

"Para quieto, que vas a explotar", pensé, refiriéndome a mi corazón. Simplemente se encontraba desbocado pensando en lo que había pasado y en todo lo que podría pasar más adelante, pasar una vida juntos, felices, tranquilos, en la misma casa, cada uno con su trabajo... Era un deseo muy simple y a la vez difícil de cumplir. Solamente de pensarlo mi corazón latía con más fuerza y daba su saltito de emoción de por medio.

—Hmm... ¿Kinsuke?

—Dime —susurré, contento de oír la vocecita adorable de Taiyo.

—¿Qué hora es?

—Pues... las nueve de la mañana.

—¡Mierda!

Y adiós al momento bonito. Yo también aterricé de las nubes. Taiyo llegaba tarde al entrenamiento y yo tenía repaso para los exámenes que tendrían que venir. Él se metió en el baño rápidamente, yo hice desayuno, luego invertimos papeles y en menos de quince minutos estábamos preparados para ir cada uno por su lado a pasar el día.

Ese día...

Solamente podría pasar ese ratito con él. Nos esperaban unos días de acción separados el uno del otro. Yuuichi me diría que era una buena prueba de resistencia para mí, para no ponerme pesado... Pero no podía hacer daño que quisiera detener a Taiyo un poquito, ¿no?

—¿Kinsuke? ¿Qué haces?

—No quiero soltarte. No aún.

—Pero... voy a llegar tarde. —Y una sonrisa asomó en su rostro, sabiendo que era un pequeño pecado que quería cometer. ¿Desde cuando yo era así de provocativo?—. No me pongas esa cara...

Me acerqué a él, le acaricié los dedos de las manos hasta poder cogerlos con comodidad y le besé en la comisura de los labios. Mi aspecto deseoso y vulnerable dio sus frutos y Taiyo me agarró fuertemente por la cintura e intensificó ese beso. Noté cómo me arrinconaba de espaldas contra la puerta de entrada a casa, y no tenía intenciones de parar. Y yo tampoco quería.

—No deberías hacerme esto... —se quejó, tan débil como yo ante la pasión.

—Di que no —le propuse. No se atrevió a contestar y le besé de nuevo—. Pero tienes razón, vamos a llegar tarde, no quiero que te regañen por mi culpa.

Y le dejé un poco con las ganas, pero salió corriendo de casa. Yo tardé un poco en calmar mi corazón y ponerme un poco en orden para ir a clase, pero no pude olvidar en ningún momento ese pedacito de cielo que tuve durante ese ratito por la mañana.

[-----------------------------------------------------------------]

Es un capitulito precioso :) aunque yo estoy hecho polvo emocionalmente hoy... un poco de amor para mí?

Una vida juntos [Inazuma Eleven Go - Amemiya Taiyo - Hinano Kinsuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora