Capitulo 9

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- ¿Por qué no? – Travis enarcó una ceja. Se pasó la mano por el pelo y estiró el brazo derecho para dejar caer su mochila sobre el suelo. La mirada de Emily siguió cada movimiento que él daba. Teniendo miedo en su interior, una vez más. 

- Porque…

- Quiero dormir contigo, Emily. 

Ella tragó saliva. Deseaba con toda su alma negarse. Y es que ambos eran tan diferentes. Y ella todavía no podía aceptar que estaba completamente enamorada de ese tipo. Todavía le costaba reconocer que Travis no se había equivocado la primera vez que la vio, ni ella tampoco, y supo por primera vez que las cosas serían así siempre, que se obsesionaría con él tanto como lo hizo, y que ese momento, en una playa de California, estarían a punto de besarse de nuevo. 

Sus ojos azules resplandecían al igual que sus labios rosados y carnosos. Su corazón palpitaba con un ritmo regularmente raro. No había sentido esto antes, ni con ________ ni con nadie. Y no quería meditar el por qué de muchas cosas que habían pasado en su vida. Solo veía un sentido ahora, y se basaba más que en solo pasar su vida en una mafia o vivir obsesionado con alguien. Se basaba en Emily Prescot, que deseaba con todas las malditas fuerzas de su alma. 

- Vale, entonces… dormiré en ese diván… - Emily señaló con los ojos, el diván que adornaba la habitación en la que Travis dormiría. Y este no dejaba de mirarla. El sentido de su mirada había cambiado de dirección. Estaba excitado. Muchísimo. Y solo le había bastado hablarle para que aquello sucediera. – Tú aquí, y yo…

Su voz se detuvo cuando la boca de Travis se juntó con la suya en un beso desesperado. Ella tampoco se hizo para atrás, al contrario, posó sus brazos sobre los hombros de Travis y dejó que él la tocara por donde sus manos ordenaran. Estaba a su disposición. Era suya. Completamente suya. 

Hace varios meses que las cosas iban en ese nivel. Desde el coma de Travis y la desaparición de este por unos meses, Emily había intentado contactarlo de todas las maneras posibles. No sabía que había pasado con él, pero lo peor de todo es que no sabía que había pasado con ella… había adquirido un tipo de obsesión con él. Quería verlo. Quería verlo de todas formas. Hasta que un día, este llegó a las puertas de su casa, sin avisarle a absolutamente nadie de su llegada y se quedó en casa de Emily hasta el amanecer. E hicieron el amor hasta el amanecer. Sin parar ni un solo segundo. Era como si ambos hubieran estado obsesionados el uno por el otro y que aquello había explotado esa noche. Y las siguientes noches también. Volvían a verse. Y nadie sabía absolutamente nada. Solo ellos sabían lo que estaba pasando y eran conscientes de lo que poco a poco estaban creando. Hasta llegar a pensar en algún momento, que aquello no era solamente una obsesión… 

- Tr…Tra…Travis… - gimió Emily. La lengua de Travis lamía entre su pecho y sus senos. Su respiración agitada era tan acogedora, sexy, masculina… ella podía jurar que podía escucharlo gemir por el resto del día y no estaría mal. – después ¿vale?

- Te quiero ahora. – respondió él. Su rostro estaba tenso, al igual que cada parte de su cuerpo. Emanaba dureza, sensaciones por doquier y mucha dominación. Solo hace unos meses había descubierto lo enamorado que estaba de ella y había prometido que esta vez la historia sería diferente. Nadie le quitaría a su chica esta vez. No volverían a… no volvería a romperle el corazón. 

- Y yo, pero…

- Vale, lo sé. Es tu casa y tienes visita, pero prométeme que dormirás conmigo. 

Ella asintió y no pudo evitar soltar una sonrisa. Lo miró levantarse de la cama y recoger su mochila del suelo. Sacó de ella una toalla azul que olía muchísimo a él. A su olor fuerte y masculino. Emily se mordió un labio. Se imaginó entonces lo que esa toalla cubría en el cuerpo de Travis. Y no supo exactamente si lo que sentía eran celos… 

Tentation... (Cuarta Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora