No todo es felicidad

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—Scorpius, ¿ya tienes todo listo para el comienzo del curso?
—Sí, abuelo.

Lucius sonrió con suficiencia y le dio un trago a su copa de whisky de fuego. Draco, al darse cuenta de por donde seguiría la conversación, cambió de posición en la silla. Astoria puso la mano sobre la pierna de su marido y éste la agarró.

—Supongo que ya sabrás a qué casa ir.

Scorpius miró de reojo a sus padres que estaban enfrente de él.

—No —contestó honestamente—. No lo he pensado.

Lucius frunció el ceño, pues no entendía que qué quería decir su nieto. Draco apretó la mano de Astoria.

—¿Tu padre no ha hablado todavía contigo, Scorpius?
—¿Sobre qué? —preguntó titubeante.

Draco miró a su padre, el cual le devolvía la mirada fríamente. Sintió que se hacía más pequeño en la silla.

—Hijo, espero que sea una broma.

Fijó los ojos en un punto del salón, incapaz de mirar a su padre. No sabía que contestar. Él no había educado a Scorpius de la manera en la que él fue educado. Astoria se negaba a que su hijo creciera en un ambiente de intolerancia y en el fondo, Draco tampoco quería.

—Lucius, lo que dice es cierto. No hemos hablado con él y yo no pienso hacerlo —contestó la débil voz de Astoria.

La respiración de Lucius se volvió más violenta. Narcissa intentaba, aunque sin éxito, calmarlo.

—Papá, ¿qué pasa? —Scorpius miraba asustado a su padre.
—Draco sal al pasillo —ordenó Lucius.

Una oleada de terror inundó el cuerpo de Draco, pero no quería desobedecer. Salió de la habitación bajo la atenta mirada de Astoria.

—Draco no sé qué te ha metido en la cabeza esa mujer que tienes. ¿Qué te crees que haces? Vas a poner en ridículo a la familia Malfoy después de generaciones y generaciones sólo porque la estúpida esa te ha comido la cabeza... Yo nunca he aprobado tu matrimonio y no me cuesta nada separarte de ella si digo que está maldita, ¿entiendes? Ella no va a estar aquí siempre, Draco. ¡Fíjate en Astoria! Está enferma, pálida y probablemente cuando nos vayamos se pondrá peor. Yo no crié a un hijo para que se comportarse de esta forma. Ahora ve y habla con Scorpius si no quieres que sea yo quien hable con él.

Draco tenía los ojos llenos de lágrimas, pero no sentía pena. Estaba furioso. Furioso de que su padre hablase de Astoria de aquella manera, furioso de que no pudiera ser el dueño de su vida. Cerró el puño alrededor de su varita que estaba en el bolsillo de la túnica, pensando en los motivos que tenía para no lanzarle un maleficio a Lucius.
Pero pensó en su hijo. En Astoria. ¿Qué pensarían si lo viesen haciendo tal cosa?

—Vete de mi casa. No quiero volver a verte aquí —susurró Draco.
—Estaré encantado de no volver a pisar este sitio —contestó arrastrando las palabras.

Lucius avisó a Narcissa y ambos se fueron. Su madre se despidió de él llorando, pues nunca pensó que su hijo llegase a hablar así de sus padres.
Draco subió corriendo a su habitación y tiró todo lo que vio a su paso. Lloraba de impotencia, de no poder salir de aquella realidad. Se sentó en el suelo y cubrió su cara con las manos. ¿Qué había hecho mal?
Unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Astoria entró en la habitaron, mirando a su alrededor y con una pasada de varita, todo volvió a su sitio.
Se sentó junto a Draco y éste no dudó en abrazarla. Sus brazos era el único lugar donde se sentía bien. Enterró su cara en el cuello de Astoria mientras ella acariciaba su espalda.

—Lo odio —decía Draco entre sollozos—. Lo odio con toda mi alma.
—Lo sé, cariño.

Poco a poco, su respiración volvió a tranquilizarse. El único sonido que escuchaba era el latido del corazón de su mujer.
Y, entonces la besó. Fue un beso lento pero lleno de pasión. Draco la atrajo más a él y comenzó a besar su cuello. La quería más que a nada ni nadie. Ningún comentario haría que le separasen de ella. Astoria era su vida.

—Draco —susurró—, deberías hablar con Scorpius, está abajo.

Pero no le hizo caso y siguió bajando hasta su clavícula, donde empezó a depositar más besos.

—Draco es tu hijo, por Merlín.

Se separó y la miró. Su respiración estaba algo acelerada y sus mejillas ligeramente sonrosadas. Sonrió levemente y se levantó.
Por supuesto que no iba a hablar sobre Hogwarts, sino que pasaría el resto del día con él, como su padre nunca hizo.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2017 ⏰

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