CARTA A UN ANGEL 2

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Dos días después

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Vamos camino a Tomoeda. Estamos a tan sólo unos minutos del lugar en donde viví horas de felicidad

Nuestra estancia en Tokio resultó muy agradable, sin contar que nuestras carteras adelgazaron mucho en esos dos días. Creo que el deporte favorito de las mujeres son las compras (N. A. No es cierto, bueno, un poco. . .), y el deporte al que más le huimos los hombres es levantamiento de paquetes, bolsas e innumerables cajas

Mis niños se portaron de maravilla, les fascinó el lugar; aunque, por desgracia, estuvo lluvioso y húmedo. Aunque la ciudad se veía mucho mejor

Salimos de Tokio hace cerca de una hora, a Eriol le proporcionaron una limosina en la empresa para trasladarnos todos de un lugar a otro

Y a cada momento que avanzamos, la ansiedad y el nerviosismo crece por llegar a nuestro destino

La tarde quedó atrás hace un buen rato; veo pasar los campos y montañas cubiertos de vida a través de la ventana. El paisaje luce hermoso bajo la suave lluvia que está cayendo en estos momentos. El olor a tierra mojada es exquisito y fresco, no como el aire pesado de la ciudad

Me doy cuenta que Tomoyo y Meiling están pendientes de mis gestos, como si mi actitud fuese a delatar lo que en estos momentos estoy sintiendo, aunque yo creo que sí ¬.¬

Puede ver los rostros sonrientes y aliviados de todos. Hasta los niños parecen relajados con la inmensidad del campo

La última vez que vine a Tomoeda, cuando mi madre me regaló el boleto de avión, fue una situación similar. . .

También llegué en limosina, era de noche, estaba lloviendo y se olía el mismo aroma

Aunque aquella vez era para abrazar, besar y adorar a mi bella Sakura. Ahora es para recordar. . . y olvidar

La ciudad parece como si se hubiera detenido en el tiempo, todo está en el mismo lugar que la última vez que lo visité. Las mismas tiendas, los mismos anuncios comerciales, los faroles siguen estando ahí, con su incansable luz iluminando siempre la oscuridad de la noche. Los mismos árboles

Las casas siguen teniendo el mismo aspecto, me recuerdan las casas de muñecas de mi hija

Y el parque pingüino sigue ahí. . . aquél parque donde ocurrieron tantas cosas; con su enorme resbaladilla que le hace honor a su nombre, los juegos infantiles, ahora vacíos por la entrada de la noche, los árboles rodeándolo, y a lo lejos puedo ver un árbol especial. Aquél que una tarde, Sakura y yo grabamos nuestras iniciales en el tronco, hace muchos, muchos años ya

Mira papá!- creí que la pequeña Sakura estaba dormida, me señala en dirección del parque, llamando la atención de todos

Mañana podemos venir?- me pregunta esperanzada

Yo acepto, como el buen padre que soy ¬.¬

Noto cómo Tomoyo observa con melancolía el parque, sin duda, ella también debe estar recordando

Hemos llegado a un hotel pequeño, pero elegante y agradable. Sacamos las maletas de la limo y nos disponemos a dormir

Mañana será otro día. . .

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Mi pequeña Sakura me ha hecho cumplir lo que le prometí, y esta mañana me ha levantado temprano para ir al parque

CARTA A UN ÁNGEL SCC ( Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora