Union.

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—¿Qué va a hacer? —se preguntó Tao, siendo consciente de lo que estaba pasando. ¿Por qué su cuerpo no se movía? Sehun había empezado a restregar su nariz por su cuello con una suavidad que le causaba escalofríos. Estaba nervioso y quería separarse de los brazos contrarios cuando sintió sus mejillas extrañamente calientes -cosa que era prácticamente imposible- y sus nervios a flor de piel, pero estaba ese pequeño detalle, no se podía mover.

Estaba nuevamente mareado y su cuerpo se sentía tan ligero y débil a la vez, su mente estaba echa un lío, mientras que se dejaba hacer por el vampiro contrario.

—Me has dicho que haga lo que tenga que hacer y eso haré —susurró Sehun en su oído—. Te contaré un pequeño secreto —continuó—, la única forma para que un vampiro convertido por otro vampiro sangre pura se salve, es a través de la unión en cuerpo, alma y sangre —explico Sehun divertido ante los revoltosos pensamientos del chino—. Pero para responder mejor a tu pregunta... ¿por qué mejor no somos más prácticos? —Concluyó llevando su mano a la mejilla del contrario, acariciando con una extraña suavidad, muy rara en un ser tan sádico como lo era un chupa-sangre.

Tao no lo podía creer, no se dejaría tocar por el ser que lo transformó, su orgullo no se lo permitía aun cuando sabía que su cuerpo ansiaba todo eso, porque si, el chino estaba seguro de que la tensión sexual entre ambos era muy palpable. Podía ser miedoso, pero no ingenuo.

El pequeño problema que no dejaba a su orgullo actuar, era su cuerpo, porque el mismo no se quería mover ni un centímetro de la cercanía del otro, porque además de no tener el control en su ser... las manos frías del contrario se empezaban a sentir muy bien, mientras su camisa de botones era retirada lentamente y sus labios habían empezado a ser devorados con paciencia, dándole un toque sensual al ambiente. Se sentía dominado, rendido ante el contrario, porque sabía que no podría hacer nada aunque quisiera.

Tao odiaba admitirlo, pero en lugar de sentirse asqueado y violado por el toque de Sehun, estaba disfrutando todo aquello, disfrutada como la lengua del otro se abría camino hacia su boca y se encontraba con la suya, provocando una lucha entre ambas que poco a poco iba ganando el rubio.

El chino cerró inconscientemente los ojos, dejándose llevar por completo, sintiendo como las manos del otro se deslizaban por su torso desnudo. Involuntariamente sus manos se movieron de su cómodo lugar en la cama y fueron a parar en la camisa contraria y temblorosamente desabotono uno por uno los botones.

Sehun formo una imperceptible sonrisa entre el beso y se separó de este solamente para dirigirse al cuello ajeno, empezando a besar la piel morena tratando de ir lento y con calma, de ser cuidadoso y reprimir sus instintos vampíricos, porque a pesar de la tranquilidad que aparentaba se encontraba increíblemente ansioso. Fue arrecostando poco a poco al chico de cabellos azabache, disfrutando de la suavidad de su piel.

Tao sintió la mullida cama en su espalda y ahora su cuerpo completo se sentía caliente, los labios del coreano estaban saboreando toda su piel y él se encontraba estremeciéndose. Sus pantalones fueron retirados y observo como el rubio quitaba los suyos. Extrañamente sentía las ansias del que estaba siendo su amante y sabía muy bien que Sehun podía sentir sus nervios.

Mentiría si dijera que no tenía miedo a lo que se aproximaba, hacía mucho tiempo que no había tenido ninguna clase de actividad sexual y sabía muy bien lo que dolía, pero a pesar del temor que sentía, su cuerpo no tenía ninguna voluntad de moverse, si, esa era su excusa.

¿A quién iba a engañar? Todo aquello se estaba sintiendo muy bien y el chino realmente extrañaba sentirse amado por alguien más, porque, no era ningún problema si se dejaba llevar por sus sentimientos, ¿verdad? Aunque supiera que se estaba engañando a sí mismo, aunque sabía que esto solo era una especie de compromiso que llevaba a cabo el otro. Tao solamente quería concentrarse en las rasposas manos del otro torturando sus pezones y en los terribles escalofríos que le producía todo aquello, en los labios del otro que repartían húmedos besos sobre su piel y como luego las manos se movían dirigiéndose a una zona aún más íntima, arrancando un sonoro gemido de su boca.

Red Eyes [TaoHun/SeTao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora