{EL PODER DEL AMOR}

Cap 3 -¿Rubén o Sebástian?

-Mi hermano no es lo que parece 

-frunci el seño- ¿Q-Que, es gay?

-rio tirando la cabeza hacia atrás- Claro que no, es mujeriego

-¿Enserio? -subí mis cejas-

-Es verdad ___, solo te digo para que luego no estes lastimada

Podía creer que Claudia era como esas hermanas celosas porque Sebástian si que era lindo pero le creía, tenía la sensación de que este chico iba a traerme problemas, pero no quería pensar nada de nadie, si él iba a jugar conmigo yo iba a ser su entrenadora

Fuí a casa sin ganas, ya que sabía que mamá iba a estar esperandome con los brazos cruzados y un gran castigo por no avisarle nada, pero me llevé una gran sorpresa

+Me da gusto de que hagas amigos nuevos hija

-la miré-

+Vé a tu cuarto, allí hay una sorpresa

Pude sentir como la ansiedad dominó mi cuerpo y caminé rapidamente hacia mi cuarto, abrí la puerta y vi una caja roja arriba de mi cama, cerré la puerta y me senté, abrí la caja rapidamente y pude ver como una bola de pelos asomó su cabeza hacia el exterior con un pequeño maullido

-Es -lo agarré- Es hermoso -dije con una sonrisa-

Era un gatito, quien facilmente se encariñó conmigo, era macho, así que lo llamé Gogo, su pelaje era blanco y suave y tenía los ojos bien grandes (Algo parecido al gato chino, Snoopy), fuí a donde estaba mamá y le di un fuerte abrazo dejando a Gogo entre medio de las dos mientras maullaba

+Debes darle de comer, te compré un biberón para que le des leche

Era coherente, Gogo era aún un gatito recién nacido. Le daba de comer mientras le sacaba fotos, era hermoso y tierno, creí que me enamoré por primera vez de un animal, esta noche Gogo dormía conmigo

*

Desperté completamente adolorida, Gogo durmió en mi cama y yo para no despertarlo o aplastarlo dormí todo encogida. Me puse el uniforme, me maquillé, peiné y perfumé y luego fui a desayunar al igual que mi gatito

-Ya, pero cuidalo bien mamá, es indefenso -dije agarrando mi mochila-

+No te preocupes ____, estará bien conmigo

-la miré-

+Haré lo posible

-abrí los ojos bien grandes- ¡No mamá! Dejame quedarme y cuidar de él por favor -dije suplicandole-

-ella rió empujandome afuera- Ya vete hija, lo voy a cuidar

Bajé las escaleras ya que el ascensor no me gustaba, me sentía acorralada y creo que le temía

-¡Hola! -una voz de un chico-

-me di media vuelta- Hola -le sonreí-

-me miró de pies a cabeza- ¿Vas al colegio? 

-Tengo que -lo miré- Y llego tarde

-Te acompaño -dijo sonriendo-

-Ok, dale -dije sin ganas-

Ibamos caminando en silencio mientras Rubén me miraba a cada rato y sonreía

-¿Que te sucede? -pregunté mirandolo-

-sonrió al suelo- Es que es lindo tener a alguien de Noruega cerca, extraño mucho Noruega

-Si, yo igual -dije mirando al suelo-