One-Shots [CDM] ~Lemon & Romance~

*Nathaniel*

La música sonaba como un zumbido leve en mi cabeza; el alcohol ya había hecho su efecto y me costaba seguir el ritmo del baile. Se acercó más a mi y sentí sus pechos clavarse en mi torso. La miré a los ojos suplicantes. Ya no sé si es porque estoy medio borracho, pero se me hace irresistible; más de lo normal.

El tiempo corre en mi contra, muy despacio, hasta que por fin encuentro el valor para acercarme a su cara. Cierra los ojos como si fuese el momento esperado durante toda la noche y entonces nuestros labios se rozan. Compartimos el mismo aliento. A la mierda el auto control, ya no aguanto. Los presiono con fuerza contra los suyos y estrujó su perfecto culo entre mis manos. Ahoga un gemido en mi boca.

Da un saltito y enreda sus piernas en mi cintura. Se le levanta el vestido más de lo debido, y a mi se me levanta otra cosa. Ya no puedo más, necesito hacerlo.

Camino hacia el coche esquivando a las personas y saliendo de la discoteca. Abro la puerta trasera y la recuesto en los asientos.

-Joder...- susurro gateando cuando veo que no lleva ropa interior y mantiene las piernas abiertas. Cierro la puerta y agradezco que las ventanas sean translúcidas. Tiro del borde de su minivestido para llevarlo más arriba, a sus caderas, y poder acariciarla. La beso con ferocidad mientras me quito el cinturón y bajo mi pantalón.

Tenía tantas ganas de esto que ya se me ha olvidado todo lo demás. Solo quiero estar dentro de ella. Cuela su mano en mi bóxer y masajea mi longitud con una habilidad y sensualidad que solo pueden excitarme más. Jadeo y conduce sus traviesos dedos a mi camisa para desabrocharme los botones, entonces tengo vía libre.

Entre una desenfrenada lucha de lenguas, consigo metérsela rápido antes de perder el sentido totalmente. Gime y aprieta la tela en mis brazos cuando comienzo a moverme. Esto es perfecto. Ella es perfecta. Me encanta sentir que la ocupo y adoro ver cómo se retuerce de placer. Nuestras pieles chocan y se me hace exquisito el sonido que producen cuando se tocan.

Le aparto el vestido de la parte del pecho poniéndolo entre ambos y los dejo al descubierto. Contengo la respiración. Son preciosos. Siento un hormigueo en el vientre; mi mente me avisa de que no voy a poder controlarme. Se le mueven con cada arremetida y eso me vuelve loco. Tiene los ojos cerrados y la boca entre abierta. Me invade un profundo deseo acalorado al imaginármela tragándome.

Pellizco sus pezones y chilla en un gemido. Les doy un húmedo beso a cada uno y me deleito con su salado sabor al empezar a comer. Succiono y los hago rebotar. Juego con ellos en mi lengua obteniendo un fantástico plano desde abajo. Lo está disfrutando como nunca.

Aumento el ritmo de las embestidas y jadea mi nombre. Me gusta cómo suena de su boca, pero así está muchísimo mejor.