Ninguno de los dos estaba dispuesto a contenerse, a quitarse el gusto de probar los labios del otro, de que sus manos queden quietas, de que los suspiros queden ocultos, ninguno estaba dispuesto a dejar de querer, de desear.
Cuando entraron a la casa de JinYoung no se dejó pasar al tiempo, con un movimiento lento Jaebum invadió el espacio personal de Park, empezó a pasear sus dedos por la muñeca, subiendo, dejando destellos de cosquillas, sensibilizando todo a su paso, JinYoung podía sentir cómo su cuerpo no solo le reclama más aire sino el calor de Jaebum, rogaba que los dedos de Im acaricien sus labios, que las chispas no se extingan que prenda todo su cuerpo que se transmita al de Jabum, a toda la habitación, que el fuego arrasara con ambos, entre los roces de sus piernas, de sus brazos, con la ropa siendo quitada, con la piel recibiendo besos suaves, con agarres de cabellos demostrando lo impaciente y desquiciado que se podía sentir, todo estaba siendo llevado a un punto que ya ninguno estaba aguantado.
A Jaebum cada vez le encanta más como queda adornado la piel de JinYoung con las huellas de sus besos, como el vello de su cuerpo despierta con cada roce de sus manos, el color rojo en sus labios, la música que crea JinYoung con cada gemido, como sus cuerpos se atraen entre sí, ida y vuelta, meciéndose hacia él, yendo y viniendo, dejando besos chiquitos en el primer lugar que toque, con cada movimiento haciendo surgir estrellas que les atormentan en cada una de sus células, estrellas listas para explotar.
Im Jaebum nunca se sintió tan complacido, calmado y feliz por estar con alguien, todo se lo debía a Park JinYoung, habían pasado ya dos años desde su primera vez juntos, cada vez que lo recordaba las mismas chispas empezaban a recorrerle el cuerpo manifestándose en una sonrisa, y si JinYoung se encontraba cerca cuando sucedía era inevitable ir hacia él y llenarle de besos, de caricias y palabras que con urgencia deseaban ver a JinYoung sonreir.
Cada vez que sucedía JinYoung juraba amarlo cada vez más, juraba que le encantaba tenerlo a su lado, que los dos años no los cambiaría por nada, que lo que necesitaba para seguir eran las mañanas compartiendo un café rápido para continuar el día, los besos fugaces sabiendo que no se verían por unas horas, que al llegar a casa por más cansados que estén darse un abrazo, los domingo encontrarse con sus amigos, apreciar la sonrisa de Jaebum en cada momento, lo único que necesitaba es tenerlo, que lo ame, ser felices juntos y dejar que las estrellas que crearon los sigan acompañando.
¡Muchas gracias por acompañar a la historia!
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Contenerse. Bnior
FanfictionNo supo porqué pero cuando tuvo su primer encuentro con Im Jaebum contuvo el aliento, a lo mejor de la impresión o del susto de tenerlo tan cerca, no quería cuestionarse demasiado, pero supo que esa no sería la última vez en hacerlo.