Capítulo 2

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¿Qué es lo peor de estar muerta?... Es estar resentida por no haberte podido casar, ya han pasado 3 años, solo me quedan 4 meses, y todavía no he podido recordar nada de lo que pasó. Pude haber tenido más si Johanna no se hubiera comido mí tiempo en ese entonces

-Puedo escuchar tus pensamientos- Johanna apareció- tienes suerte de que sea una persona y no la mensajera, seguramente si lo fuera, ya estarías vagando por aquí

-Te están viendo como una loca hablándole a la nada- dije, haciéndola que se voltearan a ver a todos- si sigues así, te van a meter al psiquiátrico

-¿Quieres que vuelva a desaparecer?, así ya te podría llamar más rápido

-Ni lo sueñes- dije amenazante- he estado buscando pero no he encontrado nada, y odio que la gente pase a través de mí, me hacen sentir mal- la alarma de Johanna sonó

-¡Oh!, tengo trabajo, nos vemos luego- y se fue del cuerpo que estaba poseyendo

-¿Qué hago aquí?- la chica hablo, si tan solo yo también pudiera poseer a alguien sería más fácil encontrar lo que quiero

Comencé a caminar por las calles, a estas horas seguramente es hora pico, iba caminando, como siempre todos se atraviesan por donde estoy

-Oh, disculpen, no la vi-. Un hombre agachó la cabeza, lo mire extrañada y después me sorprendí... ¿Puede verme? Alzó la cabeza, abrió los ojos sorprendido, seguramente ya se dio cuenta, lo iba a saludar pero se echó a andar más rápido

-Espera- grité, tomando el paso, el empezó a correr- ¡¿Qué demonios?!

El hombre se perdió entre la multitud, tengo que encontrarlo, es el único que me puede ayudar en tan poco tiempo. Suspiré frustrada y di un golpe con el pie al piso, en señal de berrinche, pero pronto eso fue cambiado por el olor a comida, estaré muerta, pero nunca le diría que no a una comida que huele maravilloso, en menos de 5 minutos y sin importarme que las personas pasaron a través mío, estaba en el restaurante, comiendo, si se puede decir, porque solo nos llevamos la esencia de la comida, ya que no se puede ingerir, el señor al que le estaba robando su comida se estaba quejando de que no tenía sabor y le pidió otro plato al mesero

-15 minutos y ya causaste problemas- la voz del hombre habló- esta comida va por mi cuenta, la que pidas ya la pagara esta persona- dijo señalándose a si misma- siéntate

-Gracias, estoy hambrienta- hablé, tomando asiento en frente de ella

-¿Qué ha pasado de nuevo?¨- preguntó una vez ya entregada las comida- y no me digas que no porque sé todo de ti

-Si sabes todo de mí, entonces por qué me preguntas- dije en un tono muy obvio

-Sé de ti, no te confundas- dio un mordisco a la comida, ahora ya desabrida- ¡Agh!, esto sabe de la mier....

-Shhhh, estás hablando fuerte y te están viendo porque hablas como loca- le dije

-Da igual- se encogió de hombros- como te decía, se de ti pero no sé lo que te ocurre cuando no estoy- dio una pausa- entonces... ¿Qué ha pasado? Tu cara se ve más relajada

-Encontré a un chico- alzó su dedo en señal de que iba a regañarme que no puedo enamorarme de un chico- no me malentiendas, es guapo y todo pero ya sé que no me tiene que gustar- aclaré, ella suspiró aliviada- me ha visto

-¿Qué?- pregunto atónita- así que, después de todo si tienes suerte

-¿Pensaste lo mismo?- dije con una sonrisa cómplice

-Por supuesto que sí, pendeja- respondió riendo- leo tus pensamientos, ¿Lo olvidas?

Le sonreí. Esto va mejorando... por fin

1460 Días (Jungkook y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora