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Una hora, eso era el tiempo que había pasado desde que Kris había salido de esa habitación y le había prometido a Tao llevarle algo de comer. Pero era hora que no regresaba. Sentía que pronto comenzaría a agonizar de hambre si no probaba bocado alguno.

En estos momentos odiaba a Kris, si lo odiaba, ¿Cómo era posible que se olvidara de él y su hijo?

Había pensado en llamar a Kris, pero luego recordó que el a los dos días que se fue de aquí borro su número, queriéndolo olvidar. Luego pensó marcarle a Sehun, pero ya no quería molestarlo, ahora que se ponía a pensar sólo era una carga para todo el mundo, su padre pensó lo mismo, sus pocos amigos que tuvo en algún momento, su medio hermano también se lo hizo saber, Sehun, Kris e incluso a su madre. Aún que no se lo dijeran él sabía que era una carga para el mundo, incluso para sí mismo.

Enfermera: Joven ZiTao. ¿Se siente mal? —Cuestión ya que tenía un aspecto terrible.

Tao: Tengo hambre. Kris dijo que me traería algo de comer, pero ya se tardó mucho. Debería ir a la cafetería a cenar. Ya es muy tarde y en serio muero de hambre. —Dijo dando un suspiro al finalizar de hablar. Se giró a ver a enfermera y le dedico una sonrisa.

Enfermera: Entonces te acompañare. Igual tengo hambre. —Le dijo ayudándole a levantarse de la camilla.

Los dos salieron de la habitación con dirección a la cafetería.


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Kris: Es todo de Tao. Ahora sí tendrán libre el espacio y Sehun si vez al malnacido de ese hombre atrápalo. Mi secretaria ya ha hecho los trámites para la demanda. En poco tiempo lo arrestaran. Y a su familia le irá muy mal. —Dijo tomando la última maleta de Tao. Desde hace una hora estaba empacado las pertenencias de Tao, el desde ahora dormirá en su cama, con él y sin protesta alguna. Solo hasta que terminarán las clases ya después irían a la casa de Sehun y ahí conocería a la mamá de Tao. No sólo eso, también ahí le pediría su mano a Tao. Pero eso sería a su momento.

Por ahora solo le importaba mudar las cosas de Tao para ir por el a la enfermería.

Sehun: Ten cuidado Kris. Te estaré vigilando. —Sentenció yendo hasta Luhan que se encontraba durmiendo, había tenido un día muy agotador. Demasiado.

Kris salió de ahí yendo a su habitación, esa era la última cosa de Tao. Por fin tendría a Tao para el sólo. Ahora lo cuidaría el triple. Su embarazo era de alto riesgo y no deseaba perder ni a Tao ni a su hija o hijo.

Una adrenalina recorrió el cuerpo de Kris, solo de pensar en Tao y en su hija o hijo. Lo que fuese lo amaría. Los adoraría sin motivo alguno.

Tao se había vuelto algo importante para él, demasiado, tanto que daría su propia vida, algo que ni a su familia le daría. Sonaba egoísta, pero a él jamás le importo nada en particular, siempre había sido él y solo él. Pero ahora que Tao estaba a su lado todo eso cambiaría, Tao estaba por encima de su corazón y su hijo o hija también. Aria y daría cualquier cosa porque a ellos no les ocurriera nada. Y eso aria siempre. Nunca más dejaría a Tao solo, jamás lo defraudaría, jamás le aria daño. Ahora solo le daría amor a su manera. Una manera especial que no fuese a las de las otras parejas. Tao era especial en su vida, Tao era a la única persona que se adueñó de su triste corazón. El creyó que jamás se enamoraría o que encontrase el amor, nunca lo creyó. Al comienzo no lo aceptó pero al verlo a lado de otro que no fuera él le hacía sentir celos, los hacía sentir triste y enojado por no aceptarlo. Pero de ahora en adelante no dejaría que Tao se alejara por que sin él sentiría destrozado el corazón.


Tao se había convertido en todo su ser, ahora lo sabía y no dejaría a Tao en brazos de ningún hombre o inclusive mujer. Tao era suyo, todo él era suyo.


Entró a su habitación y dejó la maleta de Tao, miro el reloj y se alteró, había tardado mucho. Era mejor ir por Tao ahora. Tomo unas botas de hule, eran suyas pero quería que Tao las ocupará para poder caminar. Estaba lloviendo aún. Y debía cuidar de que no se resbalara, o de que se moje. No quería que cogiera un resfriado no ahora y nunca. Por lo que también llevaba un paraguas junto una chamarra.


Camino a la enfermería tranquilo, cuando estuvo enfrente de la puerta posó su mano en la perilla, no tuvo éxito, forzó varías veces y no tuvo éxito alguno. Tocó la puerta y nada, camino a ver por la ventana y se encontró con el lugar apagado.

¿Tao?, lo primero que le llegó a la mente fue eso, dónde estaba Tao. Su corazón comenzó a latir muy rápido, su mente no dejaba de pensar en Tao. Su Tao ¿Dónde estaba?


Salió de ahí, Tao, Tao. Su celular. Eso era.

Sacó su celular y oprimió las teclas para desbloquearlo, al final entró en el icono de contactos y coloco la T en el buscador. Cuando apareció el número de Tao presionó y comenzó la llamada, llevó el celular a su oreja y escuchó. Necesitaba saber que Tao estaba bien.


Tao: ¿Hola? —Se escuchó al otro lado de la línea, Al escuchar su voz Kris sintió que su alma regresaba a su cuerpo.

Kris: Mi amor. ¿Dónde estás? ¿Con quién estás? ¿Estás bien? Dime ahora dónde te encuentras —Hablo rápido, quería a Tao y no estaría del todo bien si no tenía a Tao entre sus brazos.


Tao: ¿Kris? —Cuestión, se escuchaba agitado. Eso preocupo a Kris. ¿Tao estaba agitado? ¿Por qué?

Kris: sí —dijo apegándose más al celular— ¿Dónde estás? ¿Por qué estás agitado panda?

Tao: ¿Eh? —Kris sentía su corazón salir si es que Tao estaba en peligro o haciendo algún esfuerzo. Él no debía de haber salido de ahí. —Estoy en la cafetería con la enfermera Kris. Eres malo

Kris: ¿Por qué soy malo? —Cuestiono mientras se encaminaba a la cafetería. Caminaba rápido, necesitaba comprobar que Tao estaba con la mujer y que estaba bien.

Tao: No nos trajiste de comer. Casi muero de hambre. Malo.

Kris: No digas eso pequeño, lo lamento, pero tenía que ir a tu cuarto a sacar todas tus cosas para que desde ahora te quedes a salvo en mi habitación.

Tao: Mhg... Aun así casi muero.

Kris: No panda, mientras yo viva jamás te pasara algo.

Tao: Casi muero.

Kris: Te amo.

Tao: ...

Kris: ¿Me escuchaste bebé? —Tao colgó antes de responderle. ¿Por qué le había colgado? Menos de tres metros y estaría en la cafetería. ¿Le habrá pasado algo a Tao? Corrió hasta estar enfrente de la cafetería. Por el espejo pudo ver a Tao sosteniendo su celular en el pecho y con una enorme sonrisa. Tao estaba bien. Su Tao estaba bien.


Abrió la puerta y camino hasta estar detrás de Tao, coloco sus manos en sus hombros y Tao enseguida hizo su cabeza hacia tras dejando que Kris le diera un besó, un pequeño beso que hizo sentir ese millón de emociones que Tao provocaba a Kris y el a Tao.


Kris: Me alegro que estés bien Panda. Tú y nuestro bebé. —Tomo asiento ignorando a la enfermera que veía sonrientemente el momento. Esto le parecía una novela. — ¿Por qué colgaste? —Tao se quedó callado sin pronunciar una palabra. Kris se percató de la mirada de la enfermera y eso hizo que se pusiera nervioso. Así que decidió: — Iré a pagar sus cenas. ¿Qué más quieres Tao? ¿Para la noche o en la mañana? —Tao Sonrió en grande, en éstos momentos amaba a Kris por decir esas palabras ¿Qué más quieres de comer?

Tao: Quiero una malteada, duraznos con fresas y crema batida. Igual quiero donas de chocolate y pollito frito con muchas verduras. Igual quiero chocolate y una rebanada de pizza. Una botella de jugo natural y galletas con leche por favor —Al final hizo un lindo puchero con unos ojos muy brillosos. Le encantaba ver a Tao feliz y si eso le hacía feliz eso le daría.

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