20 años

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¿Que si sigo enojada? Claro que sigo enojada. Estoy demasiado enojada de estar aqui, quiero matar a todo el que se me acerque.
Han pasado casi mas de doce meses de los que no venía a esta universidad despues de ese examen que no culmine y cuando llego... ¡miren que sorpresa! La facultad cambio y ¡ES EXACTAMENTE COMO YO LA DIBUJE!
Furiosa.
Enojada.
Decepcionada.
Escandalizada.
Alterada.
Todo adjetivo terminada en "ADA".
Incluso Admirada.
No puedo creer que hayan usado mi diseño para remodelar esta facultad... y ni como reclamar. Para mi desgracia el examen lo culmine sin ponerle nombre.
Si buscan en el diccionario la palabra "Desgracia" veran que solo falta mi foto porque mi nombre ya lo tiene como sinónimo.
Estaba todo como lo había pintado. Incluso esa ventana pequeña de un baño, que ahora se convirtio en un vidral grande y de color turquesa. Cuando vine a dar el examen de ingreso dije que debia ser una pesadilla, y lo deje pasar, pero ahora que estoy en segundo semestre, siento que esta pesadilla es una constante repetición de una maldicion lanzada por no se quien para no se que.
Subía las gradas casi que sin ganas, dejando que la mochila se golpee con los bordes. No tengo mas que un cuaderno de apuntes y un bolígrafo. No es gran cosa.
Le escribí a Valentina de mi desgracia y no me respondió. Ya no responde mis mensajes. Nadie lo hace.
Las unicas dos horas que tengo para la noche las dedico ahora a estudiar otro idioma, francés.
Mama y papá estan contentos porque ahora si paso muy ocupada. Me levanto a las seis de la mañana para ir al gimnasio, no miento, esta haciendo algo de efecto. Ya me quedan bien mis jeans. A las nueve tengo que estar en esta pesadilla de facultad, a las doce salgo a comer al almuerzo con mi sobrino y mi hermana, ya que el asadero queda cerca, y a las tres regreso a la facultad para otra jornada de clases y a las siete que salgo voy a la academia de idiomas y estudio alemán y francés.
No tengo amigos aqui en la facultad porque me consideran una cerebrito y perro de los profesores. Discúlpenme idiotas, por tener mas captación de información que ustedes, idiotas.
Idiotas.
Para completar todo, tengo un acosador en el idioma alemán, el tipo es ese maldito grano de la cara que no se ve pero lo sientes ahi, molestando y ardiendo, e intentas aplastarlo para que se vaya pero no se va, se queda y se vuelve mas grande y mas grande que sientes que ha destruido toda tu cara por completo pero no, sigue siendo un pinche grano pequeño.
Caminaba desganada a clase, de mi segundo semestre, y tocaba tecnicas de planos y dibujo, con la arquitecta Chantal. Es un apellido por cierto, yo también me asombre cuando lo escuche. En realidad no es arquitecta, es diseñadora de interiores, tiene una hermosa galería, a la cual fui invitada por ella, en donde exhiben las mejores muestras de cuadros nacionales e internacionales. La primera vez que fui, sentía que las arpas angelicales tocaban para mi y que cada cuadro me hablaba diciéndome... "pronto estarás con nosotros". Un sueño.
Esta materia es especial, ademas de importante para todo arquitecto, aunque han amenazado con quitarla, ya que ahora hay un programa que ya te diseña los planos.
Dato importante de mi: la tecnología y yo somos rivales. Yo toco un microondas y lo destruyo, ahora una computadora, pues... le cae cien virus, me gano un viaje a Aruba, comparto información propia y me estafan todas las veces posibles.
Gracias a Dios, mis cuentas bancarias, bueno mi unica cuenta bancaria, no esta registrada con mi email. Sino ya estuviera sin un centavo. Esos tres dolares deben perdurar en esa cuenta. Puede ser que algún día me congelen en mil años tengo una inversión de mas de cuarenta mil millones de dolares. Wow! Debería congelarme mil años.
No! Debería de dejar de ver tantas caricaturas.
—oye...- me grito alguien atrás.
Sigue caminando, no hagas contacto visual.
—oye, la de la mochila negra...-.
Continuo gritando y yo miraba el suelo. Deben haber mas con mochila negra.
—oye...- me jalaron el brazo y me detuve —te estoy llamando-.
Regrese a verlo y arquee una ceja.
Era un tipo de mas de cuarenta, como de mi estatura, con una chaqueta de lana verde con codos de cuero, camisa a cuadros celeste con blanco, zapatos tipo mocasines y pantalón café. Llevaba lentes grandes y el cabello hacia atras con una barba que parecía forzada a salir.
—no me llamo oye- quite mi brazo despacio y el retrocedió un paso porque estaba algo pegado a mi.
—lo siento...- rió —disculpa es que olvide tu nombre pero te reconocí por la chaqueta que cargas-.
Mire mi chaqueta formal color negro con mangas recogidas y luego a el.
—ok- afirmé como intentando entender que tiene de especial una chaqueta negra que casi todos usan para diferenciarse entre cada semestre.
—¿estas ocupada? Necesito hablar contigo solo unos minutitos- señalo su oficina.
—en realidad voy a clases de dibujo-.
—ok, te acompaño. Mientras te hablo de lo que estoy interesado en ti-.
—¿perdon?- arrugue mi frente.
—digo en tu cerebro, estoy interesado en ti pero en conocimiento, no me lo tomes a mal, me expresé mal... lo siento de nuevo-.
—ok-.
Empecé a caminar para que el también lo hiciera y hablara lo más rápido posible, ya me daba algo de miedo.
—ok...- levanto un poco sus lentes con el dedo inicial —no se si conozcas el departamento de APE, es una asesoría pedagógica para alumnos con algo de deficiencias en materias-.
—quiere decir vagos- afirme.
—no todos son vagos...- levantó su hombro —me gusta decir que son dejados, tienen otras preferencias. Como diría Einstein, si le dices a un pez que trepe un árbol, pensará toda su vida que es un inutil-.
—no se ofenda pero en pleno siglo XXI ese tipo de analogía ya no debería usarse, existen peceras que puedes trepar a un árbol-.
—verdad...- me señaló —pero el pez no lo hizo solo-.
—nadie nace solo, se muere solo que es diferente-.
—wow! Me sorprendes, realmente eres brillante como recomendaron tus profesores-.
—¿para que me recomendaron?- lo mire de reojo mientras empezaba a subir las escaleras hasta el tercer piso donde quedaba el taller de dibujo.
—dentro de la Asesoria Pedagógica hay estudiantes con buenas calificaciones que ayudan a los de bajas calificaciones, asesoran en todo momento para que puedan subir sus notas y...- se estaba quedando atrás cuando llegamos al primer piso —que escaleras, es algo cansado ¿eh?-.
—no- negué y continúe subiendo.
—claro...- se agarraba de la baranda —pues... como iba diciendo... los estudiantes con bajas calificaciones necesitan ayudan para que no se queden... no se queden de semestre... y puedan... graduarse... y tener... Dios! Que cansado-.
Llegamos al segundo piso.
Tenía algo de prisa, quería tener un buen puesto junto a la ventana para distraerme un poco mientras los demás idiotas de mis compañeros aprenden a trazar una linea en el borde de la hoja.
—¿tener...?- pregunté para que complete.
—tener oportunidades-.
—lo que me esta diciendo es que yo deje a un lado una hora...-.
—serian tres horas- me interrumpió.
—tres horas de mi rutina diaria...- me asombre por la carga que me estaba dando —para poder darle clases a una bola de estudiantes que no hicieron nada en todo el semestre y que ahora estan pidiendo ayuda para que puedan en los ultimos parciales salvarse y que no queden mal ante sus papitos y que todos digan... wow! Que buena universidad que tiene pocos estudiantes que repiten el semestre y los profesores como usted reciban el aplauso y la remuneración necesaria mientras yo posiblemente baje de mi rango de puros diez por ser niñera de mocosos vagos ¿eso me quiere decir?-.
Llegamos al tercer piso y espere a que el llegara al último escalón para pararme frente a el.
—si lo desmenuzas de esa manera...- suspiro —si-.
—¿que culpa tengo yo de que ellos sean vagos?-.
Me coloqué la mochila en el hombro y continue mi camino al taller que era la última clase del pabellón del lado derecho.
—no es culpa, es ayuda. Tambien recibirás honores por eso, un diploma, una mención de honor y ademas creditos para tu posgrado-.
—¿cuantos?-.
—cien-.
Regrese a verlo.
—eso no me alcanza ni para un semestre-.
—es lo mejor que se puede dar-.
—si sigo con mi buena racha de diez sobre diez, incluso puedo conseguir una beca en España con todos los gastos pagados por parte del gobierno-.
—pero tendras la satisfacción de haber ayudado a tus compañeros-.
—no soy niñera. Aumente la apuesta o no me moleste más-.
Llegué a la puerta y la abri empujándola algo fuerte para que se abra más que solo noventa grados.
—oye-.
—Mercedes...- dije dejando mi mochila en la ultima banca de lado de la ventana —señorita Luna, Luna, Meche... todo menos Oye-.
—disculpa...- se acercó y yo me alejé hasta mi casillero de al fondo —Mercedes. Realmente necesitamos tu ayuda, tienes un potencial asombroso, en esta facultad no se ha visto alguien con dos semestres perfectos y que solo tenga que presentarse a examenes para firmar porque le has ganado todas las preguntas a todos los profesores-.
—¿que puedo decir?...- le sonreí mientras abría mi candado con clave —me gustaba prestar atención en clases cuando estaba en el colegio-.
—ayúdame- estiro su mano.
Abri el candado y saque una hoja A2 de esas grandes e inmensas de arquitectos, mi cartuchera de Spiderman, cortesía de Gabriel como regalo de mi primer día de clases y mis reglas. Cerré el casillero y seguía con la mano estirada.
—escuche...- suspire —papá pagó hasta el cuarto semestre de esta carrera de doce que son, si tan solo pudiera hacer algo para que redujeran el precio para los otros ocho semestres, quizas lo pensaría-.
—hago una llamada, dame cinco minutos-.
Se quedó atras en los casilleros mientras sacaba su teléfono con tapita y marcaba un número. Yo me sentaba en mi puesto frente al gran tablero blanco de arquitectura y pegaba la hoja para luego trazar las lineas.
Mientras hacía mi trabajo escuchaba que el señor hablaba por teléfono, se reía, hablaba bajo, luego alto, luego nada y solo asentaba con la cabeza.
Nadie llegaba aun a clases porque les gusta llegar quince minutos después porque la profesora llegaba siempre media hora tarde. Yo llegaba antes de los cinco minutos para adelantarme a estudiar otras materias y que nadie me molestara.
Hoy me adelante quince minutos.
Saque mi cuaderno de Metodología y repasaba un poco en el capitulo del método científico. Es una materia que supuestamente te ayuda para la tesis. Ojalá ayude de verdad.
Diez minutos después, el tipo tomo una banca y se sentó junto al tablero casi frente a mi.
—¿que crees?- sonrió.
—bueno creo en muchas cosas, una de ellas es la teoría del tiempo y su relatividad con las acciones...-.
—no tontita...- rió golpeando mi mano y yo solo sonreí. Me esta poniendo nerviosa este sujeto —pude hablar con el decano y dice que si llegas a participar desde ahora, tomará en cuenta el dinero que pagó tu papá por el cuarto semestre y lo extenderá dos semestres más, eso quiere decir que recibirías media beca, osea que solo pagas la mitad ¿no es grandioso?-.
—wow...- afirme —que bien-.
—pero no recibirás lo del posgrado- hizo un puchero.
¿Un hombre haciendo un puchero? Debe ser gay.
—no hay problema- negué con la cabeza.
—ese es el espíritu...- extendió los brazos —un abrazo de oso-.
—no...- me abrazó antes de que pudiera volver a negarlo —si, que bueno-.
Golpee su espalda pero seguía estrujándome.
—bienvenida al equipo de Asesoría, no te arrepentiras-.
Me soltó y salió casi corriendo del taller.
—ya me arrepentí-.
Mire a mi alrededor asustada.
Maldicion.
Ahora tendré que quedarme tres horas mas en esta facultad.
—Diosito ya llevame de una maldita vez- mire hacia la ventana.
Llegaron, cinco minutos después, los mas ineptos, quiero decir, los "peces que quieren trepar el arbol" al curso. La profesora llego justo media hora después y muy feliz.
—hola muchachos...- dejo su portafolio en el escritorio y se acomodó frente a el limpiando su hermoso vestido, como siempre impecable y a la moda. Es como la Carrie Bradshaw de la universidad, tan elegante y refinada. Cuando sea grande quiero ser como ella.
Incluso le pedí a mamá si podia ya usar unos vestidos asi, ella me dijo que estaba loca.
Yo quiero ser loca y vestir asi.
Suspire de emoción.
—mirenla...- susurraron a mi lado —si ya hasta se enamoró de la arquitecta-.
Era una versión barata de Carolina, pero esta sobrepasaba los limites. Era la mas bruta, la mas zorra e incluso la mas ingenua mujer que he conocido, que se da de la que tiene dinero y vive en lo mas refundido de la ciudad en un lugar de quinta y sus padres son humildes. Que pena que ella no sea como ellos.
Claro que lo descubrí porque sus padres venden los mejores churros de la ciudad, ella salio un día a atender pero al verme se escondió. No recuerdo bien si fue el mismo día que ella de burlo de mi por vestir de pollo cuando un grupo de compañeros de la universidad fue la noche anterior, o si fue dos días después.
Ella creyó que me importaría que me tomara fotos y las publicara en el una red social nueva que ha salido y todos mueren por usar cuando salen de clases.
Que ilusa, si pude superar la versión original, esta versión pirata es pan comido.
Los demás no hicieron caso a las burlas de ella porque aqui en la universidad no es como en el colegio, si te quedas de semestre, eres una perdedora, y ella es doble perdedora. Algunos me felicitaron, y frente a ella, que fue lo que mas le dolió, porque trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. El decano tiene buenas referencias de mi.
Mi traje de pollo jamás será superado nunca mas. Soy PolloWoman... no SuperPollo... no mejor GirlPollo... no... uish tengo que buscarme un nombre de superheroe. Pero el punto es que ya nadie puede burlarse de ese traje, es el mejor.
La arquitecta continuó con la clase y yo prestaba atención a medias. Pensaba en incluso la inmortalidad del cangrejo. Total de esta materia ya estoy pasada.
—Mercedes...- dijo sonriente la arquitecta al acercarse a mi tablero —supe que seras ahora una Ape-.
—¿una que?- arquee una ceja.
—una asesora pedagógica- sonrió.
—ah! Si eso- afirme.
—bien por ti...- toco mi hombro —te vendrá muy bien en tu currículum. Además de que eres buena enseñando. Te deseo lo mejor de la suerte-.
—gracias- sonreí.
Se fue a ver a los demás y yo continué con el trabajo.
Las clases culminaron rapido y como era la segunda jornada ya debía ir a clases de idiomas. El loco Asesor me dio una carpeta de todos los quedados de otros semestres para que les ayude en sus materias pero no la revisé, solo la lance en la mochila. Me dijo que empezaría en dos semanas cerca de los examenes y que prepare el material.
Me fui de la universidad a la academia y miren quien esta en la entrada... Hugo, mi acosador.
Un flaco alto, muy flaco, con cabeza de chupete, de quince años solamente, lentes como de fondo de botella, con sus tirantes de colores, su camisa metida dentro de los pantalones y sus jeans grandes combinándolo con zapatos de correr.
Todo un galan.
Pensé con sarcasmo.
—hola Meche- me saludó levantando su mano.
—hola- afirme.
—luces linda hoy- sonrió.
—gracias Hugo- continue mi camino hacia el salón.
—parece que tuviste un buen día...- recogió sus mocos con la nariz —no llevas arrastrando tu mochila-.
—no, Hugo. Fue un dia normal. Gracias por preguntar-.
—claro- rió.
Me sente en el medio y como siempre el frente a mi.
Sino fuera por su cabello grasoso, su acné, sus lentes gruesos y que tenemos cinco años de diferencia, fuera un gran amigo. El es un niño literalmente.
—yo tuve un gran dia- afirmó.
—no me digas...- dije sin admirarme —ganaste de nuevo en StreetFighter-.
—por eso me simpatizas...- rió como todo un niño agripado —tu si me conoces-.
—lo se Hugo, lo se-.
—¿quieres que te cuente?-.
—aja- afirme apoyando mi brazo en el escritorio y mi menton en la mano.
El hablaba y yo hacia como que prestaba atención. No me interesa saber de videojuegos, solo tener a alguien con quien hablar.
Hugo, eres todo lo que tengo hasta ahora.
Suspiré profundamente.
Ay caramba!
Ay caramba, si señor!

La chica del disfraz de polloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora