Capítulo 1: Turn to dust

22 5 1
                                    

La demencia es como ese momento de duda en que no sabría si debo confiar en los ojos o en la memoria porque ambas cosas parecen capaces de cometer los mismos errores insidiosos.

Septiembre

Maggie

Acababa de salir del cuarto de Ray. El pobre hombre fue trasladado al segundo piso después de agotar la poca paciencia del animal de Brent, gritando y pataleando, diciendo que su esposa se encontraba en la habitación. Me siento mal por Ray, después del "tratamiento" de la semana pasada pude notar los temblores espontaneos que sufría y según Katia, era probable que el hombre tenga principios de Parkinson. 

Probablemente después de la golpiza que reciba hoy no volveremos a verlo.

Suspire trotando por el pasillo. Las luces inundaban las paredes grises que en algún momento fueron blancas y corría un aire frío en todo el lugar.  El hecho de ser de madrugada siempre le daba ese toque de terror y, a pesar de llevar tanto tiempo trabajando aquí nunca he terminado de acostumbrarme del todo.

Era de esperar que mi papá no quería que trabajara con él. En su momento no entendía el por qué y siempre que intentaba hablar de ello cambiaba el tema de conversación o simplemente me ignoraba , pero ahora lo sé.  Él es tan hijo de puta como todos los que trabajan aquí. 

Sacudí mi cabeza, alejando pensamientos que no tenía tiempo para reflexionar. Tenía que hablar aunque sea un minuto con Ethan. No quiero ni pensar que es lo que la gente le puede hacer.
Es el juguete nuevo que acaba de entrar y para terminar de joder el asunto es el hijo de alguien importante del Parlamento. Celebridades así no teníamos desde Celinne, la famosa actriz francesa diagnosticada de anorexia.

Llegó ayer en la tarde.
Por lo que pude escuchar en el despacho de padre era un chico que empezó teniendo una crisis nerviosa hace unos meses, pero ahora entro aquí con un diagnóstico de esquizofrenia. Fue un poco raro y pasó muy rápido, incluso la prensa no tuvo ninguna oportunidad de hablar con el propio Ethan y según Leonardo lo tuvieron que sedar para traerlo hasta aquí. 

Alcancé a divisar la puerta del chico y apresuré el paso. No faltaba mucho para que Brent y toda la bola de estúpidos guardias empezaran a despertar a los internos, obligándolos a hacer el ejercicio matutino (que, si me lo preguntan, es un pretexto más para tener algo de que burlarse). 

Odio a todos los que trabajan aquí, Brent sin embargo es el ser humano más detestable que puede existir, su sola presencia me es repugnante, honestamente no sé cómo mi papá permite que siga aquí; es por definición un imbécil que se aprovecha de los internos cuando tiene la oportunidad, en especial con los hombres.  

Toque la puerta esperando una respuesta del otro lado.

Nadie respondió así que simplemente la abrí.

La habitación estaba a oscuras con 2 camas de las cuales solo una estaba ocupada. 
Ethan estaba hecho un ovillo, unas grandes ojeras adornaban su cara de porcelana con las muñecas llenas de moretones y una venda en la cabeza.

Probablemente terminó peleándose con algún guardia o alguien importante para tener semejante golpe.

Negué con la cabeza sintiéndome enojada. Me acerque a su cama y lo sacudí ligeramente del hombro (seguramente tendría una jaqueca horrible y no quería hacerle su día más mierda).

- Ethan despierta- le susurré.

Él se paró de golpe, aferrándose a la cama como si hubiera tenido una pesadilla, sus nudillos volviéndose blancos por la fuerza ejercida y sus grandes ojos grises perdidos en la oscuridad, la viva imagen de un cachorro asustado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 29, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Voces InternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora