Prólogo

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Estaban sentados en uno de los bancos del parque. Emma apoyaba su cabeza en su pecho y él le acariciaba su larga melena rubia. Dirigían su vista al mar. Todo parecía perfecto. Entonces se acordó de un pequeño problema, sus padres. Se levanto para romper aquel precioso momento el cual le habría gustado que nunca se terminase.
-No lo aceptarán -Él la miro algo desconcertado.
-¿Quién?
-Quienes van a ser -dijo Emma mirando los ojos azules causantes de que ,una vez más, se olvidara de todo, aunque no por mucho tiempo -mis padres. -dijo recobrando el sentido.
-¿Saben quién soy?
-Lo descubrirán, te recuerdo que mi padre es el sheriff.
-Puedes decirles que he cambiado, no volveré a ser el mismo. -Dijo Killian, intentando consolarla.
-Nunca te aceptarán y nunca podremos estar juntos. -Una tímida lagrima se asomó en uno de los preciosos ojos verdes de Emma.
-Ey ey ey -Le dijo con su voy suave y tranquilizante- Nunca digas nunca jamás.

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Sigue leyendo, si es muy corto es porque es un mini prólogo, pensé que así sería mejor la historia, espero que la disfrutes!

Nunca digas "Nunca Jamás"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora