Capítulo 2

33 2 2
                                    

Un sábado normal amanecía en Storybrooke. Emma abrió los ojos cuando empezó a notar que la luz del sol que entraba desde la ventana le daba en la cara. Emma no era muy fanática de madrugar. Se quedó un rato más en la cama, despertándose lentamente con los leves rayos de sol que le acariciaban la cara. Oyó la puerta principal de la casa cerrarse, seguida de unos cuantos ladridos de Toby. Aunque fuera sábado, David tenía que trabajar.
Finalmente Emma se despertó. Bajó las escaleras hasta llegar a la planta baja, donde se encontró con su madre, que ya llebaba rato despierta:

-Buenos días dormilona, ¡ya era hora de abrir los ojos!

-Déjame mama, ayer me fui tarde a la cama... Me costó dormirme pensando en lo que paso en la hamburguesería.

-A mi también me costó dormirme, pero no te preocupes, tu padre es el hombre más valiente que encontrarás, y siempre estaremos a tu lado.

Esas últimas palabras se le quedaron grabadas en la cabeza, pensó que estaría a salvo mientras estuviera con ellos, pero por mucho que su madre lo dijera, no estarían ahí siempre.
Pensó que ella podía ser igual de valiente que su padre, no hacía falta que la protegieran toda la vida, al fin y al cabo estuvo mucho tiempo enfrentandose ella sola al mundo.

-Mamá, me voy a desayunar en lo de la Abuelita, Graham me está esperando.

Su madre disimulo una sonrisa pícara, pero no lo suficiente.

-¡¿De qué te ríes?!

- Yo no me estoy riendo - Dijo riéndose.

- ¡Es solo mi amigo mamá!

- Vale vale, vete ya.

Graham era un chico muy guapo, y su madre lo sabía.

Desde la puerta se despidieron. Mary Margaret le alzó la mano en gesto de adiós y Emma se lo devolvió acompañado de un beso al aire.

Mary Margaret se quedó en la cocina, preparando un bizcocho. Tampoco es la mejor repostera, pero siempre le había gustado preparar detalles para su familia, aunque esos detalles implicaran llenarse el pelo de harina. Además al  tenerlo corto y negro aún se notaba más, y David y Emma siempre la imitaban bromeando,  y aunque al final acabaran todos con el pelo lleno de harina, siempre se lo pasaban bien.

Emma llegó con tiempo a la Abuelita. Desde fuera se podía apreciar el olor a desayunos recien hechos. Entró en el local recibida de un caluroso "Hola, Bienvenida" proveniente de la dueña del local, la Abuelita. Una señora mayor con el pelo rizado y blanco. Siempre era simpática con todos, pero es mejor no provocarla, si la enfadas se pone toda una fiera.
Allí sentado estaba Graham, un chico de su edad, a lo mejor un poco más mayor, que era amigo suyo desde que vino a Storybrooke.

-¡Buenos días! - Le saludó él.

-¡Hey! Llego un poco tarde, ¿te he hecho esperar mucho?

-No tranquila, conociendote seguro que no te apetecía levantarte - Dijo riéndose

Emma se acercó a la barra.

-¿Qué quieres desayunar preciosa? - Le preguntó la Abuelita.

- Un café con esos croissants tan buenos que haces

La Abuelita se giró sonriendo, Emma es un encanto, aún así prefirió no decirle que eran congelados.

Emma se sentó con Graham al otro lado de la mesa.

- Bueno, ¿qué cuentas?

-Pues no te lo vas a creer, ayer saliendo del Burguers Brothers nos intentaron atracar.

-¿Enserio? ¿Y estás bien?

-Si, por suerte mi padre los espantó.

-Claro, quién no le tiene miedo al Sheriff... ¿Y quiénes eran?

-No lo sé, iban muy tapados. Parecían jóvenes, creo que no iban armados. Aún así mi padre no los va a dejar en paz. Nos quiere demasiado como para pasarlo por alto.

Llegó la Abuelita con el café y el croissant para Emma y un batido de vainilla para Graham.

- Qué fuerte, si yo hubiera estado ahí no les dejaba huir.

A Graham le gustaba un poco Emma, pero siempre pensaba que ella solo le veía como amigo.

- Ya claro, gracias Superman... ¿Y tu que cuentas?

-Ayer no hice nada interesante. Después del colegio vine aquí a comer con August, por la tarde me quedé en casa viendo una película y haciendo un poco el vago.

- Para variar - bromeó Emma

August era amigo de Graham de toda la vida. Es un chico alto, moreno y con el pelo liso. Tiene unos ojos azules por los que suspiran muchas chicas del pueblo. Graham, sin embargo, tiene el pelo rizado y castaño. A pesar de no tener los ojos azules como su amigo, él también es atractivo físicamente.

Dentro del local solo había una mesa ocupada, la de Graham y Emma, que seguían hablando divertidos de sus comunes vidas, contando anécdotas y cotilleos que ocurrían en el pueblo.

Entonces, la puerta de la cafetería se abrió.

////////////////////////
Hola! Siento no haber actualizado en mucho tiempo, pero pensé que nadie leía esta historia. Gracias a los que la leéis😘 continuaré mañana con el siguiente capítulo, espero que este os guste!!
P.D. Se que leyendolo Mary Margaret, David y Emma son como la familia perfecta y se hace hasta empalagoso, pero ya veréis que a lo largo de la historia desearéis que vuelva a ser así jaja😂

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 25, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nunca digas "Nunca Jamás"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora