22 de julio
Su mirada, era profunda, sus ojos cafés aun tenían muchas historias por contar, algunas dolorosas, otras lindas y otras que lo iban a hacer llorar en un segundo, era raro y extraño, porque cada vez que lo veía, sus ojos me daban paz y tranquilidad, es raro lo se, pero sin dudas, su mirada era hermosa, era una de esas miradas que podría ver toda la vida, pero sin embargo, sus ojos jamás me mirarían de nuevo a mi.
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Diario De Una Ilusión
RandomPrometiste nunca soltarme. -Prometi demasiadas cosas. Y ¿Ahora que queda? -Queda un vivo recuerdo de quienes fuimos.