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En cada desfase de sus silencios y mi no dejar de hablar se encontraba la conjugación perfecta, como si hubiésemos nacido para estar, y tiempo después no lograba encontrar el sentido para algo de tal gravedad, era imposible ya intentarme alejar, éramos magneticos, nos atraimos como si estuviesemos hechos de iman y cristal, que aunque terminemos en pedazos, ellos buscan a lapsos el encontrarse y hasta que no compacten, no están completos, no son totales.

BocetosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora