Las calles de Talita están prácticamente vestidas de pulcritud, orden y color plomo, literalmente ya que nuestro emblema. El sol de plata es de ese color.
Pero ese no es el problema, tampoco la delincuencia, ni mucho menos el desorden de los ciudadanos; los plomos, platas y dorados; mantienen un buen estilo de vida aunque de por vida mantienen un juicio critico pobre y no tienen voz.Supongo que no siempre fue así, hay muchos libros prohibidos en los que nos hablan de un país llamado Estados Unidos que era libre y desarrollado, en pocas palabras envidiable, pero uno llamado África según recuerdo era tan pobre...Sinceramente se muy poco de esa época anterior a esta civilización, digo esta porque solo aveces me siento parte de este lugar y de este tiempo.
—¡Nessi! ¡Oye niña se que me escuchas! A mi no me engañas —Acelero el paso sabiendo que me seguirá, camino una cuadra hasta que veo un pequeño callejón entre una residencia de casas de unos dorados. —¡Te tengo!
— Hey how estrellita... —Su fuerza empuja mi cuerpo hacía el metal helado de la pared que logra tocar la piel desnuda de mi cuello haciendome sentir agujas en la zona —¿Por que estas aquí? Te han de estar buscando y por lo estúpida que eres podría asegurar que ni bloqueaste tu chip. —Puedo ver su rostro sonrojarse por la cólera.
—Pues si lo bloque...¡Soy tan libre como Mon y tu juntas! —Soplo sus labios y me muevo de esa comprometedora posición. —Solo vine a decirte que olvidaste el móvil en mi casa, no deja de sonar.
—Oh, gracias estrellita iras al purgatorio por toda tu bondad —Marcho lejos de ahí hacía casa y ella no es de las chicas que ruegan. —Adiós.
Veinte minutos pasan casi volando cuando te aburres, así logro llegar a casa con mi hermano menor Leto, al ser tan solo una de la ciudad Humo vivo la vida tranquila sin carencia de nada pero sin lujos; a cambio tengo libertad de pensamiento, emociones y propio juicio.
En otras palabras aún soy medianamente libre y con mi humanidad conmigo.
Cuando Leto cumpla 19 años se vera obligado a elegir a donde quiere ir, a que grupo pertenecer y cumplir su rol como yo, como todos. Pero por ahora solo tiene 15, menor que yo por tan solo 4 años pero tan maduro como cualquier dorado de 45 años.
Busco mi tarjeta y como siempre no lo encuentro, esto ya no me sorprende ni un poco. Me dispongo a subir a mi cuarto y ver el techo que de alguna forma guarda mis secretos, risa y llantos; sonrió inevitablemente por los recuerdos.
No quiero estar sola porque esos pensamientos me asechan de nuevo, lastima para mi que soy una presa fácil. Odio que mi vida sea tan aburrida, triste y monótona; de hecho un blanco tiene menos que yo pero lo suficiente para vivir, lo único "bueno" del mundo es que actualmente todos tenemos lo suficiente para vivir, unos más que otros pero a nadie le falta.
—Si todo va tan bien...¿Por qué algunos no somos felices?
—Quiza te falta un nuevo sistema o quieres actualizar tu chip, solo quieres ser una dorada.
—Llamemos a... —No sé por qué pero suena el móvil en mi cintura, dudo en contestar y finalmente lo hago. — Nessi hoy código 625 en fuego, te esperamos.Me apresuro en teclear algo en mi buscador y lo encuentro, me visto con la ropa más sexi pero no de puta si no de puta provocativa. Salgo casi corriendo de mi casa dejando una nota a Leto: Pide comida o en las cápsulas, te quiero.
Llego al lugar pactado después de moverme en el aéreo, lo primero que leo en letras grandes e invisibles para dorados: ZONA FUEGO, BIENVENIDOS.