Una bellísima novia...
Un delicioso pastel de tres pisos...
Y un novio tímido.
Por enésima vez, el cuñado le dio un zape a Len.—Por amor a los muffins de puerro, ¿Podrías salir ya del vestidor? La boda comenzará en media hora, y nos llevará veinte minutos llegar a la iglesia.
—Yo ni siquiera soy católico—se quejó Len.
Mikuo rompió en carcajadas.
—¿Y tú crees que en la familia somos muy creyentes? Miku ni se esperó a la boda para la "prueba de oro".
Len se sonrojó a más no poder al recordar la extraña experiencia que vivió cuando Miku le insistía una y otra vez que tuvieran relaciones. Justo en los 5 años que llevaban siendo pareja, y el mes siguiente le pidió matrimonio.
Ya habían pasado otros cinco años desde entonces, debido a los preparativos y que se les había presentado uno que otro obstáculo.
Len paró de pensar en ello y suspiró.—Muy bien, vamos—dijo, con determinación.
Mikuo le sonrió, y lo acompañó a su coche.
Cerca de la iglesia, Miku ya daba saltitos de la emoción, en un kiosco destinado a que la novia esperara.
La acompañaba su amiga del alma: Haku, quien la veía orgullosa.
—Ese Len sí que salió suertudo de tenerte—alardeó Haku.
—Y yo de tenerlo a él—respondió Miku, jubilosa, antes de que su estómago gruñera sonoramente—aunque no de no tener alguna clase de panquesito de puerro, o incluso banana—se lamentó.
—¡Ay, ahí hay!—exclamó Haku, al tiempo que tomaba uno y se lo tendía—Y es de puerro CON banana—aclaró.
Miku sonrió. Eran los panquesitos que había hecho generosamente la madre de Len para la boda.
Le dio un generoso mordico. El extraño sabor que recorrió su paladar, le recordó que la señora Asami era pésima cocinera. No le importó, y se comió el postre, gustosa.
—Saben raro—comentó—pero se nota luego luego que fueron hechos con amor.
Haku soltó una pequeña risita, de lo tierna que podía llegar a ser su gran amiga.
Len llegó a la iglesia y de inmediato fué recibido con la mirada de todos los invitados.
Incómodo, se dirigió al altar. Detestaba ser observado.
Miró a la joven mujer que oficiaría la ceremonia. Pelo largo, blanco, y vaporoso como cirro, ojos rojos, y rostro amable, quien le dedicó una mirada tranquilizadora. Se le hizo un poco raro que no fuera el típico padre anciano, pero olvidaba que a su prometida le gustaba romper con los estereotipos.
En el piano, se encontraba la prima de Miku, Uta, quien comenzó a tocar una canción muy familiar para Len.
"Pink Rose", una canción que Len le dedicó a Miku en su quinto aniversario, y justo ahí, fué cuando le pidió matrimonio.Tragó saliva, y se mordió el labio, para que traicioneras lágrimas no se escaparan de sus ojos, pero no pudo evitar sonreír nostálgicamente, hasta que en el primer verso del estribillo, el cual dice "Más que una rosa, eres preciosa, te dedicaré canciones de amor", las puertas se abrieron y revelaron a la novia vestida de blanco.
Eso sí que Miku no lo pudo evitar, el blanco angelical de la novia la sedujo.
Len se puso muy nervioso, mientras que el semblante de Miku se alegraba más y más.
Detrás de ella, tropezó un hombre mayor, de pelo azul oscuro.
—¡Esperame hija!—dijo Kaito, el padre de la novia, al tiempo que recuperaba la compostura.
También, al contrario de la tradición, la madre de Miku, Saki, la llevó al altar junto con su marido.
Mientras Miku avanzaba, más impaciente y feliz se ponía. Len respiró hondo. Definitivamente, era el día que había esperado desde que conoció a Miku, y se enamoró de ella.Miku deslumbraba alegría y amor, al tiempo que soltaba a sus padres, para ir al lado de su amado. Len le tendió la mano y, juntos, subieron al altar.
La mujer peliblanca, los miró conmovida y alzó la voz:
—Damas y caballeros, nos hemos reunido hoy para enlazar el destino de estas dos personas, cuyo amor, les hizo tomar la decisión de estar juntos por toda la eternidad.—Hizo una pausa, y agregó con picardía—Un largo tiempo.
Algunos invitados sonrieron, otros, soltaron pequeñas risillas, y uno que otro, permaneció serio, aunque sus ojos centelleaban de risa.
A LUMi le agradaba crear un ambiente más relajado para que la gente disfrutara del momento plenamente.
—Estos dos, quienes son familiares o amigos suyos, los han elegido a ustedes—continuó—para que testifiquen su apoyo, su comprensión, sus alegrías, sus tristezas, y su amor, que hoy ha de unirse en un lazo eterno.Miku y Len vieron a sus invitados. Confiaban en todas y cada una de esas personas. Todas estaban a favor de su unión y se regocijaban por ello.
—Sus votos, por favor —dijo LUMi.
Miku respiró hondo.
—Len Kagamine—Comenzó—desde que me enamoré de ti, he esperado este día, y me alegro mucho de que haya llegado al fin. Por eso, te juro ante toda esta gente que te amaré, te apoyaré y te consolaré. Que llenaré cualquier vacío en tu interior, que te guiaré cuando tu camino se vuelva oscuro, para que podamos iluminarlo juntos.
Len, de nuevo, batalló contra sus lágrimas, y dio sus votos.
—Miku Hatsune, desde que te conocí he soñado con este momento, y soy tan feliz de que se haya hecho realidad. Por eso juro ante ti qué te amaré, te apoyaré y te consolaré. Que llenaré cualquier vacío en tu interior, que te guiaré cuando tu camino se vuelva oscuro, para que podamos iluminarlo juntos.—Si alguien se opone a esta unión—dijo LUMi—Que hable ahora o calle para siempre.
Ni un alma pronunció palabra alguna, y LUMi invitó a los novios a que intercambiaran sus anillos.
—Dicho y hecho esto, yo los declaro marido y mujer, pan y mermelada, uno con el otro, por siempre, comenzarán su historia juntos, amándose el uno al otro—soltó, y agregó—Pueden besarse.
Al instante, Miku dio un pequeño saltito, envolviendo con sus brazos el cuello de Len, y juntando sus labios.
Todos aplaudieron, se oyeron silbidos y porras. Miku y Len, ni siquiera pensaron que eso ya era un poco cliché, pues el momento los envolvía como la seda, llenándolos con alegría.
Ambos salieron, seguidos por sus invitados, rumbo a la salida de la iglesia. Se dejaron tomar un par de fotos, antes de subirse a un pequeño auto, y dirigirse a su luna de miel...
Normalmente, se diría que fueron felices por siempre, pero como verán, esta no es una historia normal. La boda está al principio, entonces, ¿Qué sucede después? Una vida normal.
Tal vez una luna de miel de ensueño, pero ¿Después?
Volver al trabajo, tener una casa y mantenerla, aburrirse de la monotonía con el paso de los años...
¿El amor podrá con eso?
¿Bastarán unas simples piezas de metal en un dedo en específico?
¿Se cumplirán las promesas?¿Estás leyendo esto como las preguntas que hace el narrador al final de cada capítulo de Pokemon?
:3
Pues, espero y me acompañen a descubrirlo~💖
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Esto es solo... El comienzo de nuestra historia
FanfictionMiku y Len, después de un largo y tierno noviazgo, se han casado. Después de tantos obstáculos, por fin, están juntos. Normalmente, el final de una historia o película de amor, es la boda, pero, en este caso, es solo el comienzo. El matrimonio no er...