Tomorrow Is Another Day. (FanFic en Español)

[05]

Los hombres de uniforme azul cargaban diferentes cajas dentro de casa de Marcus. El, ahora, jefe de John, William, estaba metiendo materiales de robótica a una bodega que la casa tenía, las bajaban de un camión estacionado enfrente de la banqueta. Marcus estaba en su cuarto, oyendo como varios hombres movían cosas, hablaban entre ellos y los metales rebotaban en las cajas que los contenían. Estaba ansioso, desde el accidente en el familly dinner un miedo irracional lo atacó, y sus pesadillas con aquel hombre no ayudaban para nada. Su padre estaba afuera, discutiendo con aquél hombre regordete de sonrisa aterradora sobre la otra casa.

-¿Subterraneo?-

-Así es, mi querido amigo, entretenimiento bajo tierra.

-Pero ¿por qué ir a un lugar enterrado cuando hay miles de lugares en la superficie?

William, soltando una pequeña risa, y palmeando el hombro del otro, le contestó seguro de sí mismo.

-Porque será el mejor lugar del mundo.

John se quedó pensando un poco, no entendía mucho porqué ese hombre tenia esas ideas, pero había hecho un trato con él, había sido muy amable como para cuestionarlo, no seríamuy amable.

-Rápido señores, no quiero hacer dos viajes en este lugar.- se dirigió a los cargadores los solo asintieron y seguían moviendose.

-Señor- volvió a llamar la atención de su jefe, antes de que volviera a encargarse de sus materiales.

-Dime, socio.

-Estas maquinas y repuestos ¿son peligrosos?- se rascaba la nuca nervioso, la seguridad de sus hijos era importante y tanto metal cerca de ellos, con todos esos accidentes en las pizzerías, no se sentía cómodo con ello. El hombre, soltando una pequeña risa y, sonriente como siempre, estiró sus tirantes y miró seguro al pelinegro.

-Vamos, amigo mio, entiendo tu preocupación, yo tengo a mi pequeña en casa y sé que temes por los tuyos, pero estos estarán en la bodega donde no lo alcanzarán, te prometo que tus hijos estarán más a salvo que el presidente.- Claro que mentía, pero a ese hombre eso era como despertar por las mañanas, algo completamente natural, John, suspirante y tratando de pensar que así sería, se dirigió adentro de su casa pasando a lado de los trabajadores.

Kenny observaba a los hombres con cierto desgano, no le agradaba ver personas desconocidas, pero le daba igual con tal de que no se metieran con sus cosas. Veía la televisión en cualquier caricatura que encontrara, tenía su mascara de foxy en la cabeza, estaba casi acostado en el sillón, su pie colgaba y un brazo lo recargaba en la parte de arriba del sillón.

-Baja los zapatos del sofá, Kenny- le reprochó John al pasar a su lado y dirigirse a la habitación del más pequeño de la casa, tuvo como respuesta un tronido de boca, el castaño se quedó pensando unos momentos y, aún con desgana, bajó sus pies y se sentó de mejor forma mientras cambiaba de canal.

El mayor entró al cuarto, miró acostado a Marcus en su pequeña cama, dándole la espalda a la puerta, no dijo nada, y su hijo tampoco pronunciaba alguna palabra. El mayor se acercó cerrando al puerta, se sentó en la orilla de la cama y miró como su hijo abrazaba a su peluche favorito mientras tenía a la demás banda en su cabeza.

-Hey, campeón, ¿que sucede?- acarició la cabellera negra suavemente, pero al no esperarlo, el pequeño niño tembló ligeramente.

No tuvo respuesta, pero no se detuvo, el pequeño no estaba dormido, ni enojado, solo no quería hablar, estaba desganado, y decirle cualquier cosa de lo que pensaba o lo que soñaba, decircelo acabaría en otra visita con el doctor Willson, no era que no le agradara, pero pensar mucho en su propia enfermedad, en su propia mente, era lo que odiaba, no le gustaba, le daba miedo y muy poca confianza en acabar encerrándose a si mismo en su mente. Siguió respirando calmadamente y cerró los ojos para disfrutar el cariño que su padre le daba, siempre le hacía sentir bien y agradecía eso de él.