Los Giros De La Vida

¿Capítulo único?

Advertencia: si no leíste la introducción completa te comento que esta historia es muy larga, tiene más de diez mil palabras. Pero puse mi corazón a la hora de crearlo, si le das una oportunidad confió en que te llegará a gustar.
Aclaración: en Japón la mayoría de edad se obtiene a los 20 años, y considerando eso la historia tendría sentido. Además, siempre que escriba con este tipo de letra, en la historia, es para indicar que es un pensamiento. 
Les dejo con la historia, no quiero alargar esto.

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Bueno ¿Qué decirles?. Esta es una historia un tanto fuera de lo usual. Y resulta que tenemos a un castaño que es mayor de edad, con 22 años de edad, él estudia y trabaja, pero lo hace más que cualquier otro, se esfuerza más que cual cualquier otra persona en su condición.

Y se preguntaran a qué se debe ¿No?, muchas personas trabajan y estudian, y se diría que es lo más común y que no tiene nada de extraordinario, normalmente se les daría la razón. Pero la cuestión es que Makoto trabaja más tiempo porque ayuda con los ingresos de un orfanato, mensualmente envía una suma de dinero para que tengan algo con qué poder comprar las cosas que necesitan, ése dinero no es una gran suma y tampoco hace la diferencia a la hora de llegar bien parados en el mes a mes. Pero aún, a pesar de que Makoto lo sabía, la felicidad que le inunda cada vez que recuerda la feliz sonrisa de los niños no tiene precio, nada lo igualaba y nada podía hacer cambiar su esfuerzo por provocar esas sonrisas en la que se veía reflejado.
Ahora bien, hay un inconveniente que no puede ser pasado por alto y mucho menos ser ignorado. El problema es mucho mayor que cualquiera que pudiese haber tenido en su vida, mayor que sus problemas a la hora de estudiar, mayor que trabajar extenuadamente.
Y el causante de todo esto es un muchacho pelinegro de voz ronca y fría, con una mirada turquesa severa y que puede llegar a torcer la voluntad de algunas personas, un tamaño bastante inusual a su corta edad acompañado de un físico increíble. Desde hace un mes que no puede estar tranquilo, se impacienta por saber qué hacer con lo que a él respecta. Tanto así que llegó a ser una preocupación.
Para empezar ¿Quién era ese pelinegro?. Pues era alguien que había llegado al orfanato, precisamente, hace un mes y era alguien bastante problemático y del que no se sabía mucho, se tenía constancia de que su nombre era Sousuke y que tenía 19 años. Aunque todos trataron de saber más acerca de él no se pudo obtener nada de información por su parte, el muchacho tenía un malgenio y prefería estar solo, sin la intervención de nadie.
Los que trajeron a Sousuke al orfanato fueron autoridades gubernamentales, y en una charla que estos tuvieron con los encargados del establecimiento les rebelaron la poca información que se tenía del caso. El chico en cuestión era Yamazaki y como tal se lo asociaba a una de las familias más poderosas del país, pero no se sabía exactamente como acabó así, cuando se lo encontró estaba inconsciente en el piso de su habitación producto de la sobredosis de algún fármaco. En la casa no había nadie, también comentaron que fueron a allanar la vivienda porque se realizó una denuncia de que en la casa parecía no vivir nadie, pero sí se oían ruidos extraños. También se tenía constancia de que nunca terminó la escuela y que además no asistía, en resumen; el chico estaba hecho un desastre.
En el orfanato no se informó a los demás niños del apellido del nuevo integrante con el fin de conservar la paz y tranquilidad con la que ya estaban habituados. Por su parte Sousuke era todo un lío y no deseaba estar ahí, pero tampoco es que tuviese algún lugar al cual verdaderamente quisiese ir, ahora asistía a clases en una nueva escuela pero no se llevaba bien con sus compañeros, lo que provocaba pleitos y la escuela llamaba al orfanato para notificar de las acciones del nuevo miembro. Cuando salía de clases se iba a quién sabe dónde y también peleaba, quizá de ésa manera pudiese libera la tensión acumulada. Al momento de regresar ya era de noche, los niños dormían y los conserjes y ayudantes se habían ido, solo quedaban los encargados y estos siempre se encontraban preocupados. Había días en los que Sousuke llegaba con olor a cigarrillo, otras con olor a alcohol y otras con olores desconocidos. Los encargados trataban de hablar con él pero era imposible, algunos se aferraban al pensamiento de que ya faltaba solo un poco para que cumpliese la mayoría de edad y con esto sería oficialmente independiente. Optaban por dejar pasar la mayor parte de sus acciones y esperar, creían que era lo único que podrían hacer; esperar a que el tiempo lo solucione todo.
Cada vez que Makoto iba al orfanato se alegraba mucho y eso no hace falta decirlo, todos sabemos el por qué. Pero desde hacía un mes que no se encontraba tranquilo, quería arreglar los problemas por lo que cada vez que podía trataba de hablar con Sousuke, trataba de ayudarlo, de que le cuente algo, pero seguía siendo inútil. Con suerte conseguía que le dirigiese la mirada o que le dijese hola. Una sola vez pudo tener una "charla" y fue para que el pelinegro le preguntara quién era.
Volviendo a la actualidad, tenemos al castaño sentado en su silla al lado de su mesa del comedor, iluminado por una tenue luz proveniente de su lamparita de mesa. Se encontraba estudiando, o eso es lo que trataba de hacer, absorto en sus pensamientos que divagaban por su mente oye el ruido del teléfono, eran las diez y media de la noche y el castaños se preguntaba quién llamaba tan tarde. Cuando alzó el teléfono escuchó que lo llamaban "Makoto" casi gritando y con una voz bastante agitada, reconoció la voz al instante, era de Yukimura-san, el director del orfanato y una de las pocas personas que verdaderamente se preocupaban por Sousuke al igual que Makoto. Este preocupado responde.