¡único!

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El sol a pesar de no ser abrasador, jodía absolutamente al rubio. No sabía exactamente por que estaba ahí, o bueno, tal vez lo sabía, pero incluso confesarlo en sus propios pensamientos era un poco vergonzoso.

Min Yoongi era de esas personas que no hacían acto de presencia en lugares al aire libre. Pero ahí estaba, el mismísimo Min Yoongi, comiéndose una paleta helada que recientemente le había comprado a un vendedor ambulante, observando el área de juegos del parque.

No era que fuera un gruñón o algo por el estilo, era amigable la mayoría del tiempo, buen amigo según muchos. Solo que los demás veían en el un aura un poco indestructible y creían no poder entablar conversación con el sin salir con un ojo morado. Estúpido, por que Min Yoongi no era un chico problema, excelentes calificaciones y buena descendía lo dejaba en claro. Tenía muchos amigos y si gustaba de salir, pero a lugares cerrados como plazas y restaurantes.

Por eso ahora, cualquiera que conociera al rubio se quedaría sorprendido de verlo en el Parque Central.

Su vestimenta era poco apta, llevaba jeans negros, manga larga negra y usaba de igual manera una gorra negra que dejaba fuera de vista su cabello. Tal vez por eso el Sol le molestaba tanto, después de todo se dice que el color negro absorbe más los rayos solares.

Tenía presente que lucia como un completo acosador, pero le fue inevitable desde que lo vio por primera vez soplando burbujas.

Una tarde, Yoongi trato de cortar camino para llegar más rápido a la parada, se dio cuenta que si cruzaba justo en medio del Parque llegaría más rápido y así no perdería el autobús de las tres treinta. De cualquier manera Yoongi se perdió el autobús, por que cuando cruzó el área de juegos, lo vio.

Un chico castaño que soplaba burbujas sentado en los columpios. Se mecía lento mientras soplaba sacando bellas esferas que los niños que estaban cerca reventaban haciendo plop.

Por un momento a su cabeza le vino la idea de que era un poco ridículo, minutos después creyó que sólo tal vez (según el) el castaño lucia de lo más tierno. Y luego, cuando lo escucho reír junto a los niños del parque lo sintió; el tremendo flechazo en su corazón.

Había sido como un enorme plop en su pecho.

Tiempo después siguió viniendo al parque a la misma hora sólo para ver a ese chico soplar burbujas.

Al comienzo dijo que lo que hacía era un poco freak, pero estaba convencido de que era un simple crush con un desconocido. Que el lindo chico sopla burbujas nunca le hablaría ni se fijaría en el y tiempo después el mismo se aburriría y dejaría de visitar el parque.

Error. Yoongi era un chico con suerte, por que cuando menos se dio cuenta tenía parado en frente a un joven de cabellos castaños sosteniendo un bote lleno de jabón y un soplador de plástico.

—¡Hola! —habló efusivamente al mismo tiempo que soplaba sacando así muchas burbujas que explotaron en la cara y cuerpo de Yoongi.

Esa acción lo saco de su pequeño trance y alzo la mirada para encontrarse con una bella sonrisa en el rostro ajeno, y otro plop en el corazón de Yoongi se hizo presente. Si seguía así probablemente el que explotaría sería el y no las pompas de jabón.

—Ho-hola —tartamudeó un poco nervioso.

Por la sorpresa, la paleta a medio comer cayó al piso encima de sus zapatos. Primera vez que le dirigía la palabra y ya estaba haciendo el ridículo según el.

¡Oh, tu paleta se cayó! —exclamó el castaño abriendo la boca en forma de o, hizo un puchero señalándola— fue mi culpa ¿verdad?

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