Bran

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Al terminar las respectivas clases, el padre de Carla y Joanna llegó.

-¿Como les ha ido?

-Joanna hizo nuevos amigos- dijo Carla con una sonrisa maliciosa

Joanna la miro con odio

-¿Quien?preguntó interesado su padre

-Ni yo se-

Carla se confundió, ese tal Bran había llegado a sus vidas así de la nada, era misterioso.

-No me da buena espina- dijo Carla preocupada

-A mi tampoco- dijo Joanna con el mismo tono preocupado

-Hasta que concuerdan en algo, hemos llegado-

Joanna se encerró en su habitación, después del almuerzo no volvió a ver a Bran, el era extraño y parecía querer acercarse a su vida, lo mas extraño era por que no se acerco primero a Carla, ella era guapa como el. Joanna trato de relajarse pegando posters de Nirvana en su habitación.

-Lindo- susurro para si misma. Le bajo un poco a su musica, se asomo por su ventana y el carro de su padre no estaba, comenzó a oír ruidos extraños, salio y escucho sollozos, venían de el cuarto de Carla. Fue a investigar.

-¿Carla?- ella estaba bañada en lágrimas

-Vete- susurro

Joanna cerro la puerta de su hermana ¿Que coños había sido eso? Carla nunca lloraba, o al menos no la podías ver haciéndolo.

Joanna regreso a su habitación, dejo el volumen bajo, oía que Carla hablaba con alguien, se podía oír la conversación

-¿Entonces no crees que soy linda?

Se oían pequeños murmuros desde el celular de Carla

-¿Que te gusta que?

Murmuros

-Maldito Ricky! No por favor-

Murmuros

-Pierdete estupido gay-

Carla colgó y se puso a llorar mas fuerte.

Joanna intrigada trato de oír mas, pero no seria una maldita chismosa, ahí lo dejo y volvió a subir su musica. Se paro al lado de su espejo mientras se ponía labial rojo.

Bran

Caminaba por las calles con excentricidad, todos miraban mis tatuajes de reojo, malditos. Una chica rubia se paro frente mi y me sonrió falsamente, llevaba un traje de porrista y un bolso Prada.

-Me llamo Miranda-

-Que Dios te bendiga, cariño- dije irónico

La chica puso ojos en blanco y me dejo seguir mi camino. Perra.

Una calle estaba sola, había una barda sola ... Saque mi pintura en aerosol y me dispuse a pintar,

Mickey el lindo ratoncito de disney sacando su lindo dedo de en medio, ya saben ¿No? tu dedito grosero,ese que expresa todo en un momento.

-Arte- dije para mi mismo.

Sirenas comenzaron a oírse, me di la vuelta y un señor de 40 años denunciando me por teléfono.

-Hijo de Puta- dije mientras corría a carcajadas, adoraba esto.

La policía me había logrado encontrar, estaba atrás de mi, yo corría tan rápido como mi excelente condición física me lo permitía.

Me alcanzaba

-Detente en nombre de la autoridad-

-Atrapame si puedes viejo-

La autoridad arrecio y yo no paraba de sonreír. Un callejón pareció al lado de la vuelta a la derecha, genial. Fingí seguir el camino pero me sostuve de la barda de el callejón, la policía siguió el camino pensando que yo corría sobre el. Me senté un momento y respire bufeado, el sudor mojaba mis pectorales. Me levante y seguí el camino de el callejón hasta llegar a una calle, en una casa la ventana abierta y una chica pálida de cabellos oscuros y labial rojo por la vista, Joanna. La casa era lujosa, pero antes de poder acercarme un convertible negro de lujo se estaciono, era su padre.

-Eaea suegro- susurré para mi mismo

Aun no se cual se discutía de las dos hermanas, la popular o la rara, pero ambas estaban buenisimas. Supongo que la tal Carla tenia una carita bonita de linda, Joanna tenia el carácter que me gusta, y ambas tenían cuerpos de diosas. Regrese a casa con cuidado de la policía, todo bien.

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