02- La Mañana Siguiente.
Mi despertar fue ligero, tranquilo y agradable. No lo sé, pero seguramente desperté con una sonrisa en el rostro; por primera vez desde el incidente de mi hijo, había dormido sin soñar nada en absoluto, y eso me había dado una paz mental indescriptible. Aun al despertar, tarde varios minutos en volver a mi realidad; me puse de pie y Salí de mi habitación, solamente con el deseo de tomar un buen café y revisar mi bitácora de pacientes.
Al llegar a la cocina, encontré a Marinette sentada en una de las sillas, recostada contra la mesa. Su pelo azul, suelto y despeinado, caía de forma grácil por sus hombros hasta la mesa, cubriendo de forma sutil las cicatrices que quedaban visibles en su espalda; mantenía sus ojos cerrados, pero no me costó nada de trabajo notar que en realidad no estaba dormida. Movía su pie derecho de forma rítmica, en una forma casi infantil, columpiándolo debajo de la silla; también note por primera vez que estaba descalza ¿Por qué los policías no le habían dado algo más decente que vestir? Era un misterio para mí, pero me quedó claro en ese instante que tendría que comprarle ropa, no solo para ese día sino muchos más cambios ¿Cuánto tiempo se quedaría la joven conmigo? Era difícil decirlo, así que debía asumir su presencia como una visita permanente. Técnicamente, era su tutor, y aunque ya no estaba acostumbrado a la responsabilidad de tener un hijo, tendría que ayudarla en la medida de lo posible.
Al dar un paso dentro de la cocina, ella alzó la cabeza y volteó a verme en silencio. Su rostro se mantuvo inexpresivo y sus ojos me miraron. Entonces la vi apretar un poco más las piernas y enderezarse. Quería ir al baño.
-Amo…
-No me digas así, Marinette- suplique sonriendo.
-Disculpe, amo, pero necesito ir al baño...- susurró ella con pesar, pero rostro inexpresivo.
-¿Te quedaste ahí toda la noche?- preguntó deseando confirmar mis sospechas.
-Sí, amo- asintió ella con naturalidad-. El amo no me dio un lugar para pasar la noche así que yo…
Me acerque rápidamente, y poniéndome de rodillas abrace a la pequeña, sintiéndome un completo imbécil.
-Lo lamento, Marinette. En serio lo lamento- dije con un hilo de voz-. Esto… no volverá a suceder.
-Amo. No tiene importancia. Estoy acostumbrada incluso a no dormir- dijo ella con sencillez-. Pero… realmente necesito ir al baño y no quisiera ensuciar…
-¡Claro, claro!- asentí separándome de ella-. Es el cuarto al final del pasillo, bajo las escaleras- explique recuperando la compostura- ¿Sabes ir sola?
La pregunta me salió con naturalidad. Dadas las condiciones inhumanas de la chiquilla, y su historial de tortura, ya nada podría sorprenderme y simplemente pregunte lo que me rondaba la cabeza.
-¡Sí!- respondió ella poniéndose de pie. Aunque su tono fue neutral igual que siempre, su piel pálida se ruborizo y ella desvió la mirada.
Ella salió rápidamente a hacer sus necesidades, y yo me dedique a preparar el desayuno.
* * * * *
Después del desayuno, me dispuse a llevar a Marinette a conseguir ropa. Sus harapos eran horribles, sucios y viejos. Verlos me recordaba constantemente su origen, así que en parte debía admitir que era mi deseo egoísta de dejar a Adrien atrás como un mal recuerdo, al menos hasta que Marinette regresara a su hogar. Ya que estaba descalzada, decidí prestarle algo.
-¿Saldremos… juntos?- preguntó ella con la sorpresa reflejada en su rostro.
Me agache para colocarle las pantuflas y asentí.
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Teaching Feelings
FanfictionA.U. Basado en Teaching Feelings Gabriel, un médico viudo, ha decidido recibir a Marinette en su hogar para ayudarla a encontrar a su familia. Pero el secreto es que Adrien, su hijo, fue el causante del sufrimiento de ella en primer lugar; mientras...