Primera Cita

209 12 0
                                    

- Te ves preciosa - Zelo me esperaba en su auto con las manos en los bolsillos. Cuando me acerqué a él, tomó mi cintura y la apretó.

- Gracias, tu también te ves muy guapo - dije apretando sus cachetes, acción que lo molesto - ¿No sería justo que pellizque también tus cachetes? - No, no puedes.. ambos sabemos cual es tu versión de "cachetes" - sus ojos miraban mis labios mientras que de sus labios, salía una pequeña risa malvada. - Vamos, se nos hará tarde - 

Una vez dentro del auto, nos dirigimos a ese sitio sorpresa que tenía preparado. 

- Espero que mi vestido no se ensucie... en donde sea que estemos yendo - sí decía comentarios indirectos, tal vez me diría hacia donde íbamos.

- No lo hará, ni un pelo se saldrá de control .. ya verás - tomo mi mano y la besó. - Además.. Nada de lo que digas hará que arruine la sorpresa -

- ¿De que hablas? Sólo quiero que mi vestido se mantenga limpio -

Zelo se limito a sonreír sin despegar su vista del camino.
Habian pasado cuatro meses desde que nos habíamos conocido pero todos los días se sentían como el primero.

Aún no formalizabamos lo que sea que teníamos, así que su sorpresa me ponía ansiosa.

- Es aquí - dijo cuando apagaba el motor del 4x4 negro.

Me ayudó a salir de el y nos dirigimos hacia un lugar lleno de pequeñas flores púrpura. Como era de noche, la luz de la luna nos ilumino el camino hasta llegar a un camino de madera.

- Con todo lo que hemos pasado aún no me sincero contigo - Su voz era suave y algo nerviosa

- ¿También eres de la mafia coreana? - trate de disminuir el ambiente de nervios que se estaba formando por un silencio emitido por ambos. Su mano rozaba con la mia mientras caminábamos.

- Eeh no .. Aunque pueda que tenga intenciones de unirme sí no consigo trabajo como arquitecto, créeme -

- Todo saldrá bien ya verás -

- ¿Y que pasa sí no? - Tendré que quemar mi apartamento, así me construirás uno nuevo para mi -

Su hermosa, dulce, inocente y contagiosa risa salió como respuesta - Me gusta la idea.. Sólo ten cuidado de no dejar testigos -

- De acuerdo - está vez fui yo quién agarró su brazo uniéndome a él - Te construire una casa -

- ¿Cómo? -

- Sí tu apartamento se quema por esas cosas extrañas de la vida, ya sabes... Te construire una casa -

- ¿Y que haré con toda una casa para mi sola? -

- ¿Quién dijo que viviras sola? - Bueno es que ahorita vivo sola y.. - No seas tonta, estarás conmigo -
- ¿Contigo? Nosotros viviremos juntos.. Ajá.. - Si, esa es mi condición - .. Trato hecho -

Después de caminar por un corto rato llegamos a un puerto donde nos esperaba una gran lancha blanca con techo.

- ¿Una lancha? - La necesitaremos para ir hacia la sorpresa - me guiño coqueto y me tendió su mano para ayudarme a entrar en ella.

- No serán más que cinco minutos, ya casi llegamos - encendió el motor y la lancha empezó a moverse dirección norte.

La luna y sus diamantes alrededor de ella nos sonreian con su esplendor. El mar azul servía de espejo, mientras que la brisa de la noche y del mar se turnaban para tocar nuestra piel.
- ¿Cómo es que planeaste todo esto? -

- Tengo mis contactos corazón -

- Pues agradecele a esos contactos - tosi - Youngjae - tosi de nuevo - Esta tos, perdóname -

- No te preocupes, en cuanto sepas hacia donde vamos y lo que haremos, se te quitara -

Este chico me conocía y por mucho. Sabía cómo controlarme y llevarme por el camino que el quería. Lo amaba.

A lo lejos divise una pequeña isla rodeada de árboles y todo tipo de vegetación.
En cuanto nos acercabamos más, noté una casita con grandes ventanales y unas hamacas.
Un rancho con un techo de paja y luces en las cuatro esquinas de el. En el centro, una mesa y dos sillas acorde.

- Zelo -
- ¿Si?-
- ¿Si sabes que no traigo más que solo un vestido verdad? - pregunte embobada por el ambiente de playa.
- Lo sé - No necesitaremos más que eso, no te preocupes -

Al llegar a tierra, bajo primero mojandose sus tobillos en el mar para levantarme tal cual niña pequeña y evitar que mi ropa se arruinara.

Aún entre sus brazos, me hablo en el oído - sorpresa - trate de bajarme pero me lo impidió - hoy serás la princesa de la isla, mi princesa, y no dejare que hagas ni un esfuerzo en siquiera caminar -

Nuestras miradas se unieron de la misma manera como en el primer día en que nos conocimos.

Al bajarme, sus cuidados y dulzura hicieron que me sonrojara. Mis manos sudaron de los nervios y mi corazón se suavizo por su calidez y caballerosidad.

- ¿En donde estamos? -
- En nuestra isla, el nombre será el que elijas mi princesa -
El se acercaba lentamente hacia mi. Sus manos en mi estomago, mi espalda contra su pecho y cuello me estremecian al simple contacto.

- ¿Puedo ponerle nombre? ¿De verdad? - ahora mi voz era suave. Sus besos en mi cuello y rostro me dejaban sin respiración - El que quieras -  o concentración

- Mochi -
- ¿Isla Mochi? -
- Isla Mochi -
- Isla Mochi será - dijo antes de repartir besos y caricias por todo mi cuerpo.

El resto de la noche fue mágico y especial. No hicimos el amor, pero hubo amor en cada momento y cada segundo en los días que pasamos en esa isla.

Después de las aventuras, paseos, risas y deliciosa comida preparada por el chef Choi, confesó sus sentimientos hacia mi.

Después de estos días, nos comprometimos a amarnos, protegernos y aporyarnos el uno al otro.

- Te amo - dijimos un mes más tarde al unir nuestros cuerpos bajo la luz de la luna, que se convertiria en nuestro techo y la arena en nuestra cama.

Para Siempre (Zelo BAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora