Más Allá Del Sol

La Nieve

Así pasaban los días y constantemente continuábamos hablándonos por WhatsApp. Cada día que pasaba lograba enamorarme más de él, sí, a enamorarme. Él era para mi un rayito de sol en mi vida, me daba luz y sentido, me daba felicidad dentro de todo lo que me rodeaba.
Recuerdo cómo cada día me levantaba para ir al bachillerato y lo primero que hacía era mandarle un mensaje de buenos días y así comenzar a hablar durante todo el día, sin importar que estuviese en clases.
Justo un día yo iba llegando a casa del bachillerato, cuando me mandó un mensaje diciendo que en 15 minutos pasaba por mi para ir por una nieve. Sentí tanta emoción y nervios porque ni siquiera estaba arreglaba, agarre lo primero que vi de ropa, me lo puse y justo a tiempo llegó él. Subí al carro y él se veía tan sexy con su ropa toda blanca, tal como un estudiante de medicina.
Nos dirigimos a DairyQueen por una nieve de cono sencillo para llevar, y posteriormente nos dirigimos hacia un jardín. Nos bajamos y nos sentamos en una de las bancas, donde platicábamos y terminábamos nuestra nieve. De pronto comenzó a burlarse de mi y a decirme "niña chiquita" porque la nieve comenzó a escurrirme por las manos, ya que se me derretía, y yo entre risas no podía terminármela. Al final, termine manchada de mi blusa y pegosteosa de las manos y es que, en realidad, yo no sé comer nieves de cono.
Fue un gran momento lleno de risas, hasta que nos calmamos un poco y él decidió recostarse en la banca, poniendo su cabeza en mis piernas y mirándome a los ojos para posteriormente pedirme un beso.
Todo esto duró aproximadamente una hora y media, el tiempo siempre era medido para nosotros pero cada minuto, incluso, cada segundo valía la pena a su lado.