13. Lentos y furiosos

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Evan

Es la tercera vez que el sonido de mi celular interrumpe a Rodri y apuesto toda la mesada de los mellizos a que está considerando arrojar mi trasero fuera de la sala de juntas. Me he ganado decenas de miradas de desaprobación y aún así, me niego a ponerlo en modo silencio. La reunión sigue su curso y no es hasta la sexta vibración que me atrevo a ubicar el ruidoso artefacto debajo de la mesa para poder atender lo que seguro es el grupo de la familia en su estado más puro de aburrimiento y me llevo una sorpresa cuando una de las notificaciones corresponde a un número sin registrar.

¿Nos vemos hoy?

Fallo en ocultar la mueca que le dedico a la pantalla y borro la conversación de inmediato sin molestarme en abrir el mensaje.

Estoy haciendo justo lo que me dije que no haría.

Terminar en un McDonald's en medio de la noche no era lo que la chica de Revolución tenía en mente el día que partimos juntos del subterráneo y, aun así, no ha dejado de escribir. Traté de ser cordial durante nuestras primeras conversaciones, pero perdí el rumbo después de uno de sus mensajes criticando a la vocalista de H2o. Mi plan de conocerla se fue al caño y creo que fue lo mejor.

Un trozo de papel se desliza frente a mis narices y choca contra la carpeta de apuntes que descansa sobre la mesa. Reconozco la letra después de tantos informes redactados con cautela y confirmo mis sospechas en cuanto leo su contenido.

O apagas ese aparato o lo arrojo por las escaleras.

Tardo menos de quince segundos en devolver mi respuesta.

Violenta.

Alexei toma apuntes descuidados a unos cuantos asientos de mi y no se atreve a devolverme la mirada cuando regresa el papel doblado en cuatro partes.

Comienzo a pensar que no es un celular lo que hace ruido bajo la mesa.

Debo toser un par de veces para disimular la risa que me provoca su estúpida conclusión y puedo verla sonreír un poco desde su puesto. Fuera del mensaje de la atractiva morena del café cinema, si es el grupo de la familia el que no para de enviar stickers e imágenes bizarras de piolín. Desde que papá y mamá regresaron hace solo dos días, la casa es un completo desastre y nuestro grupo una galera de fotos sin contexto. Nuestra progenitora ha amenazado con bloquearnos de todas sus redes, pero es lo que se gana por desaparecer los últimos meses. Ella y papá se tomaron las vacaciones de su vida cuando mamá no pudo seguir amamantando a Ángel y ha sido la primera fiesta de cumpleaños del pequeño lo que los ha traído de regreso a la capital.

La fiesta será pronto y se espera que sea tan grande como la celebración de quince años de Inés, después de todo, no habrá un próximo Mendés a quien celebrarle su primer año de vida.

Besos a tu olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora