Miracle [JIKOOK O.S]

Regresé

Mientras camino a paso lento por la solitaria calle de Seúl, miles de pensamientos me hacían omiso.
Me sentía nefasto. No eran inconmensurables las ganas de vivir. De hecho, ya estaba sumergido en la espera a la muerte.
El vendaval,  me cegaba. Tenía frío, pero me era indiferente.
—¡Cuidado!— gritaron detrás de mí. Al girarme, unos fornidos brazos me quitaron del camino.
El auto pasó tan rápido, que fue un Milagro no haber muerto.
Mi mirada estaba pérdida en las manchas de aceite del suelo.—¿Estás bien?— indagó una voz masculina. Cuando me percaté, mi ex mejor amigo me miraba con asombro.
—J-Jimin...— susurré, varias lágrimas cayeron en mis mejillas. Aunque no eran discrepantes, la fuerte lluvia que se desató minutos antes, se unían con mis lágrimas.
—No sabía que estabas en Seúl, Kookie— dijo rascando nervioso su nuca.
—Tampoco sabía que tú lo estabas. Regresaste— susurré. Estaba feliz. Hacía tres años que no lo veía. Siempre fuimos muy unidos, pero confundí amistad con amor, alejándolo de mi vida.
Al confesarle mis sentimientos, días después se marchó a Busan.
Cada día me arrepentía de ello. Lo amaba, y la distancia me dolía.
—Oye, Kook...— musitó súbitamente.
Por primera vez en mucho tiempo, me atreví a mirarlo a los ojos. Sentía tantas cosas, que parecía irreal.
Sus brazos aún rodeaban mi cuerpo, haciéndome estallar en emociones.— ¿Todavía sientes algo por mi?...— enveró. Sentí como mis piernas comenzaban a temblar y los latidos de mi corazón se agitaban.— si o no, Kook— bajé mi mirada, mis lágrimas cernían con salir. Asentí. Temiendo otro rechazo.
—Que bueno, porque yo igual— mis ojos se abrieron con estupor al escucharlo.
Su brazos se aferraron aún más en mi.
Posé mi mano en la suya.
—¿Por qué te fuiste?— inquirí más relajado.
—Estaba confundido. Jamás me había gustado un hombre, pero sentía algo anormal por ti— respondió, suspirando.
—¿Y por qué volviste?.
—Para recuperarte  e informarte que no puedo estar sin ti, Jeon Jungkook— me giró, y suavemente tomó mi mentón. Ansiaba besarlo, sentir sus labios junto a los míos — no quiero volver a perderte, Jungkookie— unió nuestros labios, besándome con dulzura. No podía creerlo. Me sentía nefelibato en las nubes.
Te amo, Park Jimin— pensé.