La verdad sale a luz

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»Esta historia no está echa con el fin de separar a nadie. Es simplemente algo que surgió de mi imaginación, por lo tanto les pido respeto ante este shipp

Parte 1 : La verdad a la Luz

Lloraba desconsoladamente en su habitación. Se había artado. Estaba cansada de tener que lidiar siempre con lo mismo, ella lo amaba y se lo demostraba. Pero el no hacía nada a cambio. Estaba jugando con ella. Nunca en su vida se había sentido tan frágil, tan inservible, tan sola.
Se maldecía por dentro por nunca haberse dado cuenta de la realidad. Estaba tan cegada con el que no se daba cuenta de sus engaños.
Fastidiada por la situación agarro todas sus cosas, todos sus recuerdos, todo lo que le recordaba a el. Y los lanzó a la chimenea que tenía al lado. Quería borrarlo de su mente, quería sacarlo.
No se iba a permitir ser la misma niña mimada de antes, no iba a permitir que se acercara a ella.
Quería rehacer su vida, sin el, estaba consiente de que jamás podría olvidarlo. Que el dolor seguiría dentro. Pero quería ser feliz. Quería volverse a sentir ella misma sin alguien al quien amar. Quería demostrar que ella podía sola. Que una mujer no necesita de un hombre para poder ser feliz y se lo iba a demostrar.

XXX

—Ella regresará a mi sin que yo se lo pida, tenlo por seguro -tomó un trago de wiski
—Yo que tú no estaría tan seguro amigo, la has echo sufrir demasiado.
—Es Lenay. -se encogió en hombros.
—Si, y no entiendo porque eres así. Ella te lo dio todo, solo quería de tu amor.
—Hablas como si la conocieras -musitó el pelinegro
—Solo no te sorprendas cuando te deje plantado Garmendia, te lo he advertido . -se paró de su asiento y se dirigió hasta la puerta
—¿Que diablos te pasa Doblas?- le reprochó Germán
—Tengo cosas por hacer -dijo sin mirarle y cerró la puerta.

Germán rodo los ojos. Rubén solía ser tan patético aveces que le llegaba a caer mal.
Él seguiría con su plan de juego. Pido otra botella más de wiski y se fue de ese lugar.
Por alguna extraña razón la rubia rondaba dentro de su cabeza. No podía sacarla y no entendía la razón.
Enojado por no lograr su objetivo se acostó en su cama una vez más pensando en su rubia, a quien deseaba volver a tenerla en sus brazos.
—Maldita Lenay -susurró- te maldigo por no poder sacarte de mi cabeza.

Había algo con lo que no contaba Rubén. Y es que Germán sabía la verdad. Sabía que anhelaba con desespero a aquella rubia de ojos azules. El lo sabía.
En un inicio le dio asco el echo de pensar que su mejor amigo se había enamorado. Fue una lastima que Rubén no le diera detalles. Pues no solía ser muy discreto. Así que Germán busco por su propia cuenta, seguía cada paso de su amigo, hacía listas de chicas que podían ser candidatas, pero nada.
Cuando por fin estaba dándose por vencido, vio entrar a Lenay. Y observó como su amigo no le despegaba su vista de encima. Entonces lo descubrió. Lenay gustaba de Ruben.
Lo que no entendía era  el ¿porque ella?
Típica chica de ojos azules cabello rubio. Estaba consciente de que su físico lo atraía bastante. Pero ¿Porque ella?
Habiendo tantas chicas iguales no lo entendía. Así que una vez más se propuso a investigarlo por su cuenta.
En un inicio lo vio como un juego. Y es que lo era, el solo la quería por el simple afán de ver que era lo que su amigo le llamaba tanto la atención en esa chica.
Y así siguió, como un juego para el.
Lo que no contaba es que la chica se estaba enamorando de él. Y con el tiempo, el también de ella. Aunque lo negara.
Al dejarla se sintió vacío. Parte de el faltaba y estaba consciente de ello.

XXX

Mientras tanto Rubén Doblas se encontraba gritando de felicidad.
Al fin el maldito infierno había terminado para el.
Al fin podía estar con el amor de su vida, su bella y amada rubia de ojos azules.
Su amigo había perdido algo demasiado valioso que no supo como valorar. Y el se lo iba a demostrar.
Primero empezaría lento.
No quería presionar a Lenay después de todo acababa de salir de una relación y el entendía.
A si que tenía que ser paciente, pero estaba seguro de esta vez no dejarla ir. No así de fácil.

Ruben Doblas se enamoro de Lenay desde que la vio por primera vez entrar a las conferencias de YouTube. Fue amor a primera vista, así describía el. Se consolaba con mirarla desde lejos, observaba cada detalle que ella hacía, hasta su último movimiento.
Estaba dispuesto a ser un hombre diferente. Quería acercarse a ella y demostrarle cuánto la quería. Fue cuestión de tiempo para que los dos se conocieran y descubrieran la increíble contabilidad que los dos tenían.
Esto enamoraba cada vez más a Rubén. El descubrir que tienen tantas cosas en común, como dos almas gemelas que estaban destinadas a encontrarse.
Por eso después de cada conferencia, el castaño la esperaba afuera de la estancia donde daban las conferencias. Le enseñaba a editar como pretexto para poder tenerla de cerca. Un año le costó el poder confesarle lo que de verdad sentía.
La amaba tanto que no quería perder su amistad. Tenía miedo de que ella nunca lo amara como el lo hacía con ella. Se maldijo todos los días por poder tenerla tan cerca y a la vez tan lejos.
Estaba seguro de que nadie la conocía tanto como el. Pasaba el mayor parte del tiempo con ella, pero solo como su amigo. Por una parte agradecía que el tenía el privilegio de verla todos los días y el pasar tiempo con ella. La conocía, mejor que su novio y sus amigos que la rodeaban.
Sabía que amaba el café por las mañanas pero que el domingo prefería él te, que secretamente le gustaban las películas de amor y que se avergonzaba de ello, pues en sus videos siempre decía que prefería las películas de terror. Sabía también que después de leer las crepypastas le daban siempre escalofríos. Y que con un abrazo siempre se calmaba.
De la misma forma sabía que de pequeña había pasado por mucho. Que le habían realizado una operación en su corazón a sus 12 años. Que su mejor amigo de pequeña había sido un chango. Y que había sufrido mucho por el rompimiento de su ex esposo Jason.
Rubén conocía a Lenay mejor que el mismo. Por esa razón cuando se enteró de que su mismísimo amigo Germán Garmendia posaba sus ojos en ella supo que todo estaba perdido.
Deseo entonces poder decirle en ese mismo momento a Lenay todo lo que sentía, pero fue demasiado tarde, Germán se le había adelantado.
Mantuvo su boca cerrada todo el tiempo, después de todo era su mejor amigo desde pequeño, era un hermano para el. No podía traicionarlo por más que deseara robarle a la chica de sus sueños.
Pero he aquí el problema. Fue que Germán no quería hacer pública aún su relación, según el hasta estar seguro de dar el siguiente paso. Pero ese momento nunca llegaba y mientras tanto veía como Lenay con el tiempo se enamoraba perdidamente de su mejor amigo, lo que sin duda fue muy malo, porque comenzó a utilizar sus sentimientos en su contra y ha imponer sus decisiones a su favor.
Y ahora que habían terminado tenía el espacio libre para el solo y no dejaría que ningún otro maldito se le acercara.

XxX
1 año después

Se lo había planteado y lo había logrado.
Se lo merecía. Por ser un maldito mujeriego de mierda había perdido a la mujer que tanto amaba.
El simple echo de verlos a ellos dos; felices, juntos y contentos le repugnaba y le hervía la sangre de celos.
Se lo merecía, lo tenía bien en claro. Pero el echo de verla a ella tan feliz con otro hombre que no era el. Lo destrozaba.

FlashBack

—Se que me equivoque Lenay, pero por favor dame solo una oportunidad.

Intentó acercarse para tomarla del brazo. Para el todo aquello había dejado ser ser un juego y esta vez hablaba enserio y por ello quería demostrárselo.
—No me toques ! -le grito Lenay alejándose dos pasos de el.
—Escúchame, por favor, solo esta vez.
—y ¿que? ¿Me vas a decir que quieres volver conmigo? ¿Que me amas de verdad y que volveremos a ser felices por siempre?
—Es la verdad. Por favor quédate conmigo.
—¿Cuantas veces te suplique yo que te quedaras? ¿Y que hiciste a cambio?
Esa pregunta le fue suficiente para que ella se marchara y para que el no fuera a seguirla.

***

Volvió a fijar su vista en ellos, especialmente en ella. Estaba hermosa con su vestido blanco que dejaba a la vista su viente ya grande de 6 meses.
Se imaginó al el siendo el padre de esa criaturita.
Lo último que le podía "desear a esos dos es que cuidarán bien del niño, y tristemente también que fueran felices "

Rubenay & Gernay  ONE-SHOTsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora