CAPITULO 2: ¡QUISIERA VOLVER EL TIEMPO ATRÁS!
Oigo como la campana anunciando que mi encarcelamiento por fin terminó – ¡Por fin! – exclamo en mi interior y mentalmente alzo las manos al cielo dando las gracias. Tomo todas mis cosas y casi salgo corriendo de mi celda – o como otros le llaman "salón" – para mí esto es una cárcel en la cual me encierran por aproximadamente 8 horas diarias con gente que detesto.
– ¿A dónde tan rápido? – oigo como me grita Oscar desde el interior del salón. Me volteo y le sonrió de oreja a oreja. – ¡Carajo Bella! Sabes que odio cuando me haces eso – no puedo evitar burlarme de el siempre que se queda hasta el final de la fila para salir de la celda. Veo como se acerca a mí con paso decidido. Y me agarra de las mejillas – ¡Eres un chica traviesa! ¡Mi chica! – le doy un manotazo y lo alejo sus manos de mi cara.
– ¡Ni en tus mejores sueños Carter! – Le digo mientras le saco la lengua – ¡Y aleja tus manos de mi cara que no me gusta que me piñizques los cachetes! – le grito mientras cruzo los brazos debajo del pecho.
– ¡Que intensa Maxwell! ¡Sabes que amo esos cachetes regordetes que tienes! – me dice mientras intenta volver a cogerme de las mejillas, pero no lo dejo por que salgo corriendo en dirección a los baños de chicas. Pero el corre más rápido que yo y me alcanza, me rodea la cintura con sus fuertes brazos y me susurra al oído – ¿Cuándo vas aprender que siempre te voy alcanzar así te vayas al fin del mundo?
– ¡Por favor Carter, conmigo nos uses poesía barata que en mí no surge ningún efecto! – le digo con una sonrisa burlona en el rostro.
– ¡Bueno pero por lo menos lo intente! ¡Y algún día vas a caer rendida a mis pies! – me dice con un tono de autosuficiencia.
– ¡Me sorprendes! ¡Tú ego es más grande que el monte Everest!
–Solo digo la verdad... – se agacha para quedar a mi altura y me señala con su dedo índice – bueno dejémonos de tanto bla bla bla y vamos por ese helado, que usted señorita tiene mucho que contarme.
– ¿Yo? – pregunto con toda la incredulidad del mundo
– ¡Si! ¡Tú! – me agarra de la mano y me lleva arrastrando hasta la salida de la preparatoria, y así pasamos todo el camino hasta la heladería. Llegamos y me hace sentar en una de las bonitas mesas que hay en el lugar. – espérame aquí voy a pedir nuestros helados. Muevo la cabeza en forma de afirmación. – ¡Buena chica!
– ¡Yo siempre soy buena! ¿Qué te pasa? – pregunto con un tono que refleja lo ofendida que me siento. El me lanza una linda sonrisa.
– ¡Lo que tú digas Maxwell! – dice mientras se acerca al mostrador donde hay una linda chica de cabello rojizo que en cuanto lo ve se atusa el cabello y pone morritos. A mí me causa gracia la reacción que este causa en todas, menos en mí. Mientras que espero que regrese, me empiezo a jugar las puntas del cabello, y recuerdo todo lo que me paso hoy al llegar a la escuela, es que dios... es un adonis, no me los puedo sacar de la cabeza. – ¿En qué piensas?
–En nada – digo arrebatándole mi hermoso y rico helado de vainilla con chispitas de chocolate.
–A mí no me engañas... pero bueno... que es lo que me ibas a con... – no prosigue con lo que me iba a decir por que empieza a sonar Rio Roma en los altavoces de la heladería... – ¿Escuchas esa canción Bella?
– ¡Claro no estoy sorda! – le digo con todo el sarcasmo del mundo, y él pone los ojos en blanco.
–Bueno, pues como dice la canción, ¡Eres mi persona Favorita! ¡Contigo cada momento es especial! ¡Estamos igual de locos! ¡Te quiero nena aunque no lo diga tan seguido!
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¿DÓNDE ESTA EL AMOR?
Teen Fiction¿Dónde esta ese amor que decías sentir? ¿Dónde quedaron tus falsas promesas? ¿Dónde quedo yo y este amor que jura consumirme día a día a causa de tu puta partida? ¿Dónde y cómo fue que te perdí? ¿Dónde quedan todos los bellos recuerdos juntos? ¿...