Capítulo 25

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—John, no quiero sonar grosera, pero.. –hice una pausa– Te interesan las mujeres? Si es que sabes a que me refiero..

—Es común que me lo pregunten–rió– Quizá cuando me conoces puedes pensar que me atraes, sin ofender–tosió– No se como te diste cuenta.. Pero las mujeres no son mi tipo.

—Eso significa que..

—Eso significa que soy gay, ____. Eso significa. La verdad es que eres genial y te vi como una gran amiga. Además; si me interesaran las mujeres no tendría oportunidad contigo.

—Por supuesto que sí, John! No te creas que salgo con cualquiera tampoco eh–bromeé.

—No me refiero a eso. ____, me di cuenta de que ni siquiera podrías fijarte en mí, desde que te chocaste con ese chico yendo al baño. Te gusta él–sonrió.

—Mmm no, muy muy equivocado. Estoy enamorada de otra persona que me rompió el corazón, él es.. él es Justin. Mi amigo raro el del hospital y la novia zorra. Nada más.

—Es gracioso porque no lo reconocí. Puede ser que no te guste él.. Pero a él si le gustas.

—No, no y no. Rotundo no–gruñí.

—Sí, se notaba en su mirada. A mi no me engaña nadie, ____.

—En mi defensa; tiene novia–insistí.

—Y le crees? Haber. Cuando te dijo que era su novia, dime la verdad: ella qué dijo al respecto?–sonrió maliciosamente.

«Siempre quise un amigo gay» pensé.

—Nada, se quedó con esa cara de zorra que tiene como si no escuchara.

—Como ya dijiste; zorra. No es su novia–aseguró.

—De todos modos–suspiré– No me importa, John. Es tarde, me harías el favor de llevarme a casa?

—Por supuesto que sí.

Salimos de su alcoba y fuimos hacia la cocina, tomó las llaves y salimos disparados hacia su Audi.

Cuando pisó el acelerador me agarró algo de intriga y decidí empezar con mi cuestionario.

—John..

—Um?–contestó aún concentrado en la carretera.

—No te ofendas, pero; si eres gay. Por qué actuabas diferente en el hospital?

—Te refieres a por qué te guiñaba el ojo y eso? –asentí.– No lo sé, soy gay, y casi nadie lo sabe. Creí que podía intentarlo, pero como siempre fracasé en el intento.

—Descuida, tu secreto está a salvo conmigo–dije entusiasta– De todos modos siempre quise un amigo gay.

—Eso es genial–me brindó una calidad mirada.

+

—Es gay? Oh pero si tienes una suerte de primera, ____.–se burló Emily en la otra línea.

—En cuanto sigas así te borro de mis contactos–me quejé.

—Ya, ya. Y ahora que estás libre, te apetece salir?–animó Em.

—Discoteca? De ser por hoy acepto; te espero en 20–corté.

«Sólo espero no cruzarme a Justin»

←Narra Justin→

—Por qué me rechazas?–preguntó Maddelein algo desconcertada– Se supone que nosotros follamos sin control y nada más, desde que apareció esa tal ____ que tu rostro se transfiguró Justin. Qué está pasando?–cuestionó.

—Y que mierda te importa? Nosotros follamos cuando a mí me apetece y punto. No olvides que te pago y además satisfago tus necesidades–reí irónico.

—Puede ser, pero hoy vine a servirte y se te dio la estúpida idea de salir a cenar–se burló.

—No jodas, Maddelein. Es mi vida, yo decido que, cuando y cómo hago todo. Y si no te gusta, por allá esta la puerta–dije moviendo la cabeza hacia la entrada.

—Estaré en el cuarto para cuando me necesites–sonrió y se dirigió al cuarto.

«Todo lo que da por un poco de sexo»

Fui a la cocina y me serví una botella de vodka, acompañado por una de whiskey, quería perder la noción del tiempo y no hay nada mejor que estar ebrio para ello.

Terminé las botellas con mi garganta ya ardiendo fuego; me tambaleé por toda la cocina y fui subiendo las escaleras.

Maddelein estaba con mi celular. Decidí frenar y escuchar un poco de la conversación.

—No, Ryan; él está conmigo–dijo con su voz chillona– Él está bien. No, ve tú. Sí, bueno, adiós–cortó.

Supuse que era el momento indicado para entrar.

—Qué quería?–dije ganándome una cara de susto proveniente de Maddelein.

—Nada importante; ya podemos empezar con lo nuestro?–me guiñó un ojo.

—Te hice una pregunta, perra–grité– ¡CONTESTA!.

—¡NADA! ¡ESTÁ EN UNA DISCOTECA MAL ACOMPAÑADO Y QUERÍA QUE VAYAS CON ÉL! –desesperó– ¡ME TIENES A MÍ! ¡DE NINGÚN MODO TE IRÁS CON ALGUNA OTRA ZORRA!

Me acerqué y decidí usar la mejor estrategia para que dejara de molestar.

—Está bien–susurré en su oído ganándome un gemido de su parte.

+

—A dónde vas? –preguntó Maddelein casi inaudible.

—Con Ryan, te importa?–me coloqué el bóxer junto con los pantalones dirigiéndome al baño.

— ¡MALDITO SEAS, BIEBER! –gritó.

Cerré la puerta y fui hasta la cocina, tomé las llaves de la encimera y emprendi camino.

«Ya nos vemos, Ryan. Espero que valga la pena» presioné enviar.

La mejor idea para dejar de pensar en ____.

(...)

Gracias por todos los lectores a pesar de que sean re fantasmas!

Luna otra vez te contesto que es lo que amo hacer, gracias por los votos!

Las quiero.

Hasta que la muerte nos separe (Justin Bieber y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora