Capitulo 2.

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Recordé que tenia que ir a ver a Angela a su trabajo, tome mis llaves mi bolso, Jesus iba saliendo adelante de mi y...

*Suena el teléfono*

-Si, diga?-respondí.

-Hola, ¿esta la señorita Victoria?-hablo una voz masculina

Jesus es tan cotilla que le dio por colocar el teléfono en altavoz, le di un manotazo y este se quejó

-¿Que fue eso?-pregunto la voz del otro lado del teléfono.

-Oh, nada, lo siento, hablas con Victoria, ¿en que puedo ayudarte?

-Hola, soy James.

-Hola James.

-Hola Victoria.

Se notaba la tensión y Jesus me fulminó con la mirada insitandome a decir algo.

-No se si....

-¿Quieres salir a cenar?, esta noche.-me interrumpió.

-Oh, claro, por supuesto, sería un placer-dije.

-Excelente, ¿me darías tu dirección? Para así pasarte buscando.

-Oh si, en la calle principal de la iglesia cerca de la capilla (Londres).-respondí.

-Perfecto, entonces ¿a las 8?-preguntó.

-A las 8 sera.-dije.

Colgué el teléfono y Jesus se quedo viendo con una sonrisa de pervertido depravado, de verdad me asuste.

-¿Porque me miras así?.-pregunte.

-La princesa tendrá una cita esta noche.-dijo emocionado, incluso mas emocionado que yo.

-Me das miedo.-dije.

-Me das miedo tu ¿hace cuanto no te hidratas el cabello?-pregunto con cara de ofendido.-pasaremos por Angela y nos vamos a la peluquería.

Me encogi de hombros mirándolo.

***

Ya mis locos amigos se habían ido y me dejaron sola en mi casa, al salir de la ducha me coloque una toalla en el cuerpo y otra en el cabello, busque mi ropa, zapatos e hice esos milagros de noche, me coloque un vestido de ruedos sueltos debajo de las rodillas, era de un color peculiar quedaba entre rosa muy claro y anaranjado resaltante, me lo combine con tacones de punta de aguja de color plateado y algunas prendas, fui muy sencilla.

Tocaron a la puerta, salí, la abri.

-Hola.-dijo James-Estas.. hermosa-aclaro viéndome de arriba a abajo.

-Gracias.-dije notando que me ruborizaba.

-¿Vamos?-dijo tendiéndome su brazo, lo tome y cerré la puerta, me ayudo a entrar al auto (muy bonito y elegante por cierto), el trayecto fue silencioso el solo me miraba y yo le devolvía la mirada, de repente pensé en mis amigos diciéndome "¿que esperas perra? ¿Porque no le hablas?" Así que le pregunte

-¿Y.. que haces?, digo ¿a que te dedicas?

-Yo.. ehh... soy publicista-dijo tartamudeando.

-¿Ah si?-dije.

-Si, de hecho trabajo en la revista internacional "the perfume".-dijo con una sonrisa torcida.-Ya casi llegamos-añadió.

Lo mire atentamente y Sonreí al notar lo guapo que era y lo mucho que me gustaba.

Llegamos, el detuvo el auto y me ayudó a bajar del mismo, hizo un ademán de tomarme la mano pidiéndome permiso con la mirada, asentí y me guió hacia un lugar maravilloso, especial, en un jardín repleto de hermosas petunias, calas y amapolas, había una mesa de mantel rojo adornada con un ramo de rosas y una botella de champaña dentro de una cubeta de hielo con copas a los lados, luces de neón de un color abstracto y delicado, poso su mano en mi espalda llevandome hasta al frente de la mesa, me ayudo a sentarme.

-Gracias, que lindo gesto.-dije integrándome en la silla.

El se sentó.

-Gracias a ti por aceptar la invitación, estas hermosa-dijo mirándome fijamente a los ojos.

No pude evitar sonrojarme, cenamos y establecimos una conversación bastante interesante después de terminar de cenar.

-Todo esto viene acompañado de algo que lo hará ver mas lindo.-dijo levantándose de su silla, se acerco a una de las flores del jardín y tomo una manguera que estaba junto a esta, la tomó para introducirla en una maquina totalmente desconocida para mi que al encenderla expandió agua granizada, es decir, es como si nevara pero, ¡EN PRIMAVERA! fue genial, me quede observando la maravilla mientras el caminaba hacia a mi y....

*Sonido de algo disparándose*

La manguera se salió de la maquina en la que estaba y terminamos ambos empapados, se me caía la cara de la vergüenza porque la tela del vestido era tan fina que se veía toda mi lencería interior, lleve mis manos a mi cara víctima de la vergüenza, estaba tan apenada.

-Oh, como lo siento fue mi cul...-dejo de hablar y giro a verme.-pero que sexy y candente estas-dijo con cara de pervertido.

-Ah por Dios, ¿ya dejaste a un lado tu parte de tipo nervioso?-dije preocupada por la situación ¡SE ME VEÍA TODOO!

-Jaja, lo siento, ya, de verdad no sabes cuanto o quizás no tanto.-dijo quitándose su saco y tendiendomelo mientras me miraba de arriba a abajo.

-Calla, ¿quieres?-dije.

-Ah, si, si claro, es que tu sensualidad me ha dejado impactado en serio.

No sabia ni que hacer, de verdad, en ese mismo instante quería que me tragara la tierra y ser enterrada viva, mis bragas ni siquiera eran las mas sexys que hayas visto en toda tu vida.

-Ven te llevo a tu casa-dijo.

Asentí  y partimos.

¡Mi SuegrAmiEnemiga!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora