Gabriel García Márquez conoció a Fidel Castro en enero de 1959 pero su amistad se formó después, cuando García Márquez estaba trabajando con Prensa Latina, viviendo en La Habana y se vieron de nuevo varias veces. Después de conocer a Castro, «Gabo estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos».
Según Panichelli y Esteban, «ejercer un poder es uno de los placeres más reconfortantes que el hombre puede sentir», y ellos piensan que eso es el caso con García Márquez «hasta una edad madura». Por eso, se ha cuestionado la amistad entre García Márquez y Castro y si es un resultado de la admiración de García Márquez por el poder.
Jorge Ricardo Masetti, exguerrillero y periodista argentino, piensa que Gabriel García Márquez «es un hombre a quien le gusta estar en la cocina del poder».
En opinión de César Leante, García Márquez tiene algo de obsesión con los caudillos latinoamericanos. También dice que «El apoyo incondicional de García Márquez a Fidel Castro cae en buena parte dentro del campo psicoanalítico […] cual es la admiración que el criador del Patriarca ha sentido, siempre y desmesuradamente, por los caudillos latinoamericanos brotados de las montoneras. Verbigracia, el coronel Aureliano Buendía, pero sobre todo el innominado dictador caribeño que como Fidel Castro envejece en el poder». Dice Leante que García Márquez «es considerado en Cuba como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia».
Juan Luis Cebrián ha llamado a Gabriel García Márquez «un mensajero político», debido a sus artículos.
Según el británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la primera biografía autorizada del novelista, García Márquez siente una «enorme fascinación por el poder». Señala que «Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos» y menciona que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro. Martin recuerda que también se ha relacionado con Felipe González(expresidente del Gobierno español) o con Bill Clinton (expresidente de Estados Unidos) pero «todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro».
Por otra parte, el diplomático, periodista, biógrafo y compadre del Nobel, Plinio Apuleyo Mendoza señala que «Él es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados»
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Biografía de Gabriel García Márquez
No FicciónLa biografía original de Gabriel García Márquez. ATENCIÓN: El contenido es sacado de Google, no la escribí yo.