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El delicado apretón de esa pequeña mano sosteniendo la suya era todo lo que se necesitaba para que pudiera llegar a cualquier parte del mundo, para filtrar de su cuerpo todas las preocupaciones y sentir la seguridad de un amor genuino.

En la mente de Yoongi no existían peros cuando aquel inocente niño castaño corría en el césped mojado con sus botitas rojas e impermeable amarillo mientras entrelazaba sus deditos con los del mayor. Tiraba de su cuerpo como si más adelante se encontrara la aventura más grande.Y el pálido podía asegurar que cada día que pasaba junto a él lo era.

Las nubes formaban un tranquilo manto gris en el cielo, no había relámpagos ni truenos, solo calma.

El aroma a tierra mojada se colaba lentamente por sus fosas nasales y amaba sentirlo pues cada vez que lo hacía pensaba que el mundo giraba correctamente a su favor.

Yoongi temía que Jimin notara la gran cantidad de banditas que cubrían sus dedos, pues se había cortado reiteradas veces con el papel haciendo lo mejor para que su regalo quedara perfecto.De doblez en doblez había sido muy meticuloso pues su finalidad era iluminar los ojos de Jimin al entregarle el velero que tanto había pedido.

El día describía una armonía singular, las finas gotas de lluvia parecían caer del cielo en una sincronizada danza e impactar en las rosadas mejillas de Jimin con suavidad para comenzar a descender sin apuro alguno.El mayor incluso podía jurar que cada gotita brillaba como un diamante en su piel.

Los charcos se formaban con rapidez creando bellos espejos de agua en los que se podían reflejar sus sonrisas un segundo antes de saltar sobre ellos y estallar en carcajadas.

Todos los factores indicaban que era el clima ideal para navegar.

"Yoongi hyung pásame el balón, verá que he practicado mucho"

El "adorable pollito amarillo" como le decía Min siempre quería superarse a si mismo y mostrar sus logros a su hyung. Y nada hacía más feliz a Yoongi que verlo crecer.

"Ahi va, estate listo pollito pío"

"¡Qué no me diga asi hyung!"

Y de ese modo pasaban todos sus domigos.Juntos , sin que el clima alguna vez los detuviera.

Sin embargo a veces la tranquilidad suele durar lo que dura un suspiro, porque en un instante sin previo aviso los relámpagos pueden caer, las aguas volverse turbias y el velero nunca zarpar.

En Yoongi siempre quedaría el deseo de emprender la aventura con Jimin, sin embargo su niño zarpó en un barco donde él no podría seguirlo. 

Sus ojos no estuvieron preparados para haber visto aquello.

Sus piernas no estuvieron listas para reaccionar.

Sus cuerdas vocales sintió que fueron cortadas porque no le permitieron gritar.

Y su corazón dejó de latir aunque todavía respirara.

Risas En La Lluvia (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora