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Hace tiempo que ese traje negro no salía de su escondite en el fondo de aquel armario.

Esta vez las mangas de aquel refinado saco negro le quedaban un poco más cortas sin embargo todavía le sentaba bien. Con extrema habilidad anudaba su corbata dándole el toque final a su atuendo.Este día quería verse bien, muy bien. 

Tomó las llaves del auto de aquella pequeña mesita de madera junto a la puerta y aspiró por ultima vez el dulce aroma a hogar que desprendía la casa que lo vio crecer.

Cerró la puerta detrás de sí y por primera vez luego de mucho los músculos de su cara formaron una suave sonrisa sin necesidad de forzarla.

Alzó su mano al cielo dejando que los rayos de sol se colaran entre sus dedos y la luz  penetrara en sus pupilas hasta cegarlo. 

Yoongi estaba feliz, la noche anterior había dormido como nunca, pues su decisión estaba tomada y nada en el mundo lo hizo sentir más en paz que eso. 

Entró al auto y su viaje a ningún lugar empezó.Porque si, Yoongi se dirigía a ninguna parte.No volvería,pero solo él lo sabía.

Llevaba en el asiento del copiloto unos claveles rojos...No los habia comprado para alguien más,no iba a ver a nadie.Ni siquiera  eran para Jimin. 

Eran para sí.

Pues si iba a asistir a un funeral de todos modos y no iba a poder decir cuales le gustaban,el mismo quería elegir las primeras flores que le acompañarían.







Risas En La Lluvia (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora