Cap 2. Por ti

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Formidable 

Era la única palabra que encajaba en aquel rompecabezas que era en estos momentos su mente. Ya que ciertamente aun no podía creer lo que tenia enfrente.

El cuerpo de su rey era formidable, o al menos eso es lo que iba descubriendo a cada prenda que arrancaba con "cariño". Sus manos ardían, su corazón quemaba, la piel expuesta del pecho ajeno lo encendía. Mientras más movimiento de parte de Osomatsu recibía, más apretado debajo de su falda se volvía.

Por que tienes que ser tan rebelde, My king?- hablo el caballero, ansioso de oír por la respuesta - Consumar nuestro amor antes del gran día...no era esto lo que querías? lo que queríamos? - Estaba impaciente- que no entiendes que entre más te retuerces más loco me vuelves? -No podía aguantarlo más- o es que acaso....lo haces apropósito?

...My love.

Una sonrisa picara se dibujo en su rostro y en su mente se había olvidado del noble guardián que solía ser y más importante aún de su sagrado deber.

Ahora solo era un animal, hambriento de amor , sediento de sexo.

Un animal encarcelado cuyo cuidador se había acercado demasiado...

Se agacho a lamer por encima de aquella cinta color turquesa que antes adornaba su pomposo vestido , los labios de su amado. Eran Dulces, a pesar de la tela que los separaba podía saborearlos. Recibiendo en respuesta solo un gruñido acompañado con un movimiento brusco. Otro más que podía agregar a su deleite. 

"Ah ...que bien se sentía"

Tanto era el éxtasis que no supo en que momento habían terminado en aquella posición, Osomatsu sometido al tener las muñecas atadas a la cabecera de la cama. Lo único que representaba un obstáculo para poder finalmente fundirse en él y convertirse en uno eran aquellas largas, fuertes, no es que haga falta mencionar, bellas piernas. Y como se esperaba de la reencarnación de Dios en la tierra, Osomatsu peleó. Un solo golpe certero de esas piernas habría sido suficiente como para sacarle el aire... Aún así estas no fueron un problema por mucho tiempo, cuando el ojiazul coloco todo su peso en el abdomen de este. Aquella habitación que seguramente había presenciado todos y cada uno de los secretos más obscenos de los reyes anteriores, ahora sería confidente de uno más.

En ese momento Karamatsu deseo que las paredes hablaran.

Que le mintieran

Que le dijeran que el suyo no era el peor de todos, que todavía tenía perdón.

Imposible

Cegado, el caballero solo continuo con su más grande fantasía. No cansado de saborear los labios de su rey bajo su lengua por aquel blanquecino cuello con la promesa de explorar el resto de su cuerpo. Resistiendo el impulso de morderlo con fuerza, de provocarle una marca tan profunda que le dejara claro al mundo entero que Matsuno Osomatsu le pertenecía. No a aquella chica con olor a pescado que siempre estuvo cerca como su amiga de la infancia, No a ese torpe egocéntrico que le servia como su consejero y se la pasaba pegado a él cual mosca, No a ninguna de aquellas personas que tenían la suerte de poder convivir con su amado día tras día. No a cualquiera que no fuera él. 

Dejo varios chapetones en su camino, desde su cuello hasta su clavícula ,delineando el camino que había creado con su lengua una y otra vez, cada beso era acompañado de la respiración pesada del ojocarmesi y un ligero respingo.

Era música para sus oídos... 

y planeaba subirle el volumen

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2017 ⏰

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