Resulta tan fácil inventar
si alguna vez contigo estuve
no me hagas recordar,
Resulta tan fácil inventar
porque todos vemos una distinta realidad
y ya no tengo ganas de intentar.
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Al alejarme de mis amigos me sentí libre. Y sola. Con cada paso me sentía más cerca del cielo, como si al caminar hacia el horizonte durante un rato, y por el mismo camino, llegaría directo al sol. No me hubiese molestado hacerlo ese día; el atardecer era bellísimo y ¿a quién no le gustaría morir en un despliegue de belleza?
No tenía idea alguna para ese entonces, de que, la tierra entera era redonda y que por más que caminara hacía el cielo, lo único que lograría era darle la vuelta al mundo.
Los viajeros, mochileros (o como uno prefiera llamarlos) se suponían desear ir por el mundo e incluso darle unas cuantas vueltas, ¿No? por eso pensé que quizás yo era una. Una viajera quiero decir. Pero al analizarlo un poco más me di cuenta de una obvia realidad: todos somos viajeros. Siempre y durante nuestra vida entera estamos destinados ir de un lugar a otro por cualquier razón.
Eso me asusta mucho, la razón por la que hoy decidí alejarme es porque no quiero volver a ver, ni escuchar, ni recordar... Y si todos viajamos nada en el universo impide la posibilidad de que me encuentre con alguien a quien no deseo ver, ni escuchar y sobretodo, recordar. Si me voy —y es lo que estoy haciendo— es porque tengo esperanza de olvidar y ser olvidada. Pero si ellos también se van, ¿Qué asegura que nunca coincidamos?
