sixteen

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Durante los días en que Louis estuvo ausente, Harry se sumergió en una melancolía que lo mantuvo confinada en la casa. No es que no quisiera salir, pero una nube gris de tristeza parecía haberlo envuelto, haciéndole sentir que todo a su alrededor estaba vacío, a pesar del ir y venir de los empleados en sus rutinas diarias. La ausencia de su compañía habitual y la estructura que esta le daba a sus días lo dejaron con una sensación de estancamiento, como si el tiempo transcurriera con lentitud insoportable.

Aburrida de la monotonía, decidió romper el aislamiento organizando una cena. Tomó el teléfono y marcó el número de Lacey. Después de unos tonos, la voz de su amiga llenó el silencio del salón.

—Claro que podemos ir, ¿pero estás segura de que no hay problema? —preguntó la otra, con un matiz de duda.

—Por supuesto, ¿por qué no habría de haberlo? —respondió Harry, esforzándose en sonar animado.

—Bueno... el chófer que nos llevó a la casa de mi jefe comentó que estabas viviendo con él porque tu casa está en reformas. Pensé que a Tomlinson no le agradarían las visitas extras.

—Tonterías, no tiene problema con eso. Puedes venir con Natasha si quieres, las espero para la cena.

—Bien, tú ganas. Nos vemos en unas horas, cariño.

—Las espero. Adiós, Cey.

Al colgar, se quedó un momento en silencio, meditando las palabras de su amiga. "Así que esa es la versión que circula... que vivo con él porque mi casa está en reformas." Se mordió el labio, dejando que la incomodidad lo envolviera unos instantes antes de sacudirse el pensamiento y centrarse en su plan.

Buscando una receta que pudiera impresionar a sus invitadas, su mente divagó inevitablemente hacia otra cuestión más inquietante: ¿debería contarle a Lacey la verdad sobre su relación con Louis? Hasta ahora, la excusa de la amistad había sido un escudo conveniente, una forma de evitar preguntas incómodas o miradas de juicio. Sin embargo, la carga de la verdad no dicha se hacía más pesada con cada día que pasaba. Temía que, al descubrirlo por su cuenta, su amiga sintiera que le había mentido durante demasiado tiempo.

Suspiró, tratando de despejar su mente.

—Haré carne al horno con verduras —murmuró para sí mismo, como si tomar esa decisión culinaria le aportará algo de control sobre el torbellino de pensamientos en su cabeza.

the auction (l.s) -en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora