Paula o el origen de la forma

Parte 1: La chica más guapa

Andrea era la chica más guapa de toda la facultad. Todos estábamos enamorados de ella, en especial yo. No había mañana que no despertara con el vehemente deseo de verla, ni noche que no me acostara soñando con ella.

Por aquel entonces estaba cursando mis estudios, y Andrea era mi compañera de clase. Solía sentarme cerca de ella, pero nunca junto a ella. Por ejemplo, recuerdo que una tarde me senté un puesto detrás, desde aquel lugar se veía claramente la fina figura de la chica. Sí, era muy bonita, muy linda. Era tierna y encantadora, y sobre todo era alegre.

Andrea era la mujer más alegre que había conocido hasta ese entonces. Derrochaba alegría y felicidad. Toda persona que llegaba a conocerla decía: "¿Andrea? Ah, sí. Es un amor de mujer". A mi me gustaba muchísimo que sea tan alegre. Me atrevo a decir que eso fue lo que me cautivó, fue por eso que me enamoré de ella. ¡Y qué guapa que era!

Andrea no era una mujer alta, más bien era bajita y era bastante delgada. Tenía unos ojos grandes de iris color avellana. Los labios finos eran su más bello rasgo, y pasaban formando una bella sonrisa casi todo el tiempo. Se peinaba de forma distinta cada día, era una verdadera artista en eso de acomodarse el cabello, y todos los días yo me daba cuenta de como se había arreglado: su forma de vestir, la marca de sus zapatos, sus pulseras y su reloj blanco que llevaba los días que salía con su novio.

Así era, Andrea tenía un novio.