Capítulo Final : El Báculo de la Destrucción

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A la mañana siguiente...

En la Academia de Magia se produjo una gran conmoción debido a los acontecimientos sucedidos la noche anterior, como si un panal de avispas hubiese sido agitado.

¿Por qué? Eso se debía a que el Báculo de la Destrucción había sido robado.

Y este había sido robado tan descaradamente empleando un Golem de Tierra para destruir el muro de la bóveda.

Los maestros de la Academia de Magia se reunieron en el interior de la bóveda mientras se quedaban atónitos al contemplar el enorme agujero en la pared.

La inscripción que Fouquet "La Tierra Desmonoradora" había grabado sobre la pared lo revelaba todo:

"Tengo el Báculo de la Destrucción. Fouquet la Tierra Desmonoradora."

En ese momento, todo lo que los maestros de la Academia podían hacer era nada más que quejarse y lloriquear:

—¡Ese es el ladrón que ha robado a todos los nobles dejándolos sin nada, Fouquet la Tierra Desmonoradora! ¡Cómo se atreve a tomar como su objetivo a la Academia!

—¿Qué hacían a esa hora los guardias?

—¡Incluso si los guardias hubiesen estado cerca, habría sido inútil! ¡Ellos solo son unos plebeyos! Hablando de eso, ¿Quién era el noble que se suponía que debía hacer guardia anoche?

La señora Chevreuse se sentía angustiada, se suponía que ella debía ser la guardia de anoche. Pero, ¿Quién sería capaz de robar en la Academia? pensaba ella mientras dormía plácidamente en su habitación, en lugar de encontrarse a un lado de la bóveda como lo debían hacer todos los nobles de turno.

Uno de los maestros inmediatamente dijo y señalo:

—¡Señora Chevreuse! ¡Se suponía que usted debía ser la que hiciese guardia anoche! ¿Estoy en lo cierto?

La señora Chevreuse rompió en llanto:

—Lo siento mucho... lo siento mucho...

—Aunque usted lo grite muy fuerte, ¿Cree que lo regresara? ¿O es que piensas pagar por este?

—Pero... pero si acabo de terminar de pagar mi cabaña. La señora Chevreuse se arrodillo sobre el suelo y lloró.

Solo entonces, el Viejo Osmond llegó:

—Emm... Este no es el momento para ser duro con las damas, ¿No es cierto?

El maestro quien había reprendido a la señora Chevreuse replico:

—¡Pero Osmond, la señora Chevreuse ha fallado con su deber! ¡Ella se encontraba durmiendo plácidamente en su cama, en el momento en que se suponía que debía estar como guardiana!

El Viejo Osmond gentilmente acaricio su larga barba mientras observaba a la maestra muy agitada.

—Emm... ¿De nuevo cual era tú nombre?

—¡Es Gimli! ¿Lo ha olvidado?

—¡Oh, claro! ¡Gimli! Bueno, Profesor Gimli no se enoje de ese modo. A decir verdad, ¿Cuántos de los que están aquí presenten son capaces de decir que siempre se encuentran alertas durante su tiempo en servicio? —Respondió él Viejo Osmond.

Los profesores se miraron entre si y luego bajaron sus cabezas avergonzados, produciendo un profundo silencio.

—Bueno, ahora esta es la situación en la que nos encontramos. Si hablamos de responsabilidad, creo que todos nosotros, incluido yo también, debemos de ser responsables de este incidente. ¿Por qué pensamos que un ladrón nunca podría infiltrarse en la Academia? ¿Sera que por el número de magos que tenemos en la Academia nos da la seguridad de que no seremos atacados? Este tipo de pensamiento estaba erróneo desde el comienzo.

El Familiar de Marinette #1 [Adrinette] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora