Acompañante

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Después de que llegue a mi habitación, todo parecía marchar completamente normal, exceptuando el regaño que recibí por parte de la señorita Diana, que era la encargada de cuidar a los niños que residíamos allí.



Ella era la responsable de nuestra educación y preparación para ser dignos de servir en algún futuro a la familia principal, y... aquellos que no lograran el entrenamiento eran enviados con la familia de algún noble como damas de compañía o se convertían en institutrices para sus hijos, en el caso de las mujeres. Para los hombres su futuro era un tanto más incierto, Aquellos que no lograban conseguir un lugar como parte de la guardia, se convertirían en profesores especializados en la materia que en la que más destacaran, si bien podían posicionarse en alguna escuela o en alguna de las casas de la nobleza, también había rumores de que existían quienes a pesar de su preparación académica, política y de combate, no conseguían alguna de las ocupaciones anteriores y se dedicaban el resto de suavidad a desempeñar el papel de panadero o florista dependiendo de las circunstancias que hubiese en el momento, también existían los que decidían convertirse en sacerdotisas o monjes, para nosotros no existían algo seguro en el mundo en el que nos había tocado vivir, finalmente éramos niños huérfanos que habíamos quedado bajo la protección del país, y siempre nos decían que diéramos lo mejor de nosotros para que nos convirtiéramos en algo más grande de lo que éramos. En ese entonces yo soñaba con convertirme en profesora de artes particular para alguna de las familias más importantes del país, y posteriormente ser maestra de danza en el teatro mayor.




El regaño que recibí, no fue necesariamente aterrador, sino más bien, que a pesar de que debía ser reprendida por haberme escabullido nuevamente de mis clases y de estar deambulando por las habitaciones de la nave principal, lo que recibí mas bien fue una felicitación y despedida por parte de Diana, ya que la señorita Aika había pedido que fuese una de sus damas de compañía desde esa edad, se me entrenaría y educaría como miembro de la nobleza y por mi parte debería mi lealtad a la señora que ni siquiera conocía, bueno, en ese entonces no la conocía...




A la mañana siguiente se me vistió con mis mejores galas, y se me hizo desocupar mi habitación, las pocas cosas que lleve a mi nuevo hogar se limitaba a un par de zapatos, una capa de invierno roja, mi cepillo de cabello viajo y un vestido vino que era el segundo más lindo que tenía, claro, el mejor lo llevaba puesto encima para presentarme ante mi nueva señora...




A pesar de que se le conocería comúnmente al papel que yo desempeñaba como innecesario, las personas con las que había estado conviviendo desde que tengo memoria, matarían por siquiera ser aspirantes a ese papel, y ahora yo tenia esa oportunidad sin siquiera haberla pedido.... Modificaría mis planes de ser maestra de danza en el teatro mayor, pero lo que pasaría después valdría la pena, aunque cada uno de los momentos 

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2017 ⏰

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