capítulo 1.

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- Dios Allison, cambia esa mierda, sabes que detesto esa canción – dije por tercera vez, aunque sabía que ella no lo haría.

- baby you light up my World like nobody else – su voz, una de las cosas por la que me enamoré de ella. Tenía una voz tan dulce, sobre todo cuando cantaba, y sí que cantaba a menudo. Recuerdo la vez que Allison me contó que su sueño de pequeña nunca fue ser abogada, ni doctora, ni arquitecto, siempre deseo ser cantante, pero cuando fue operada de las amígdalas a la edad de 14 años sintió que sus sueños se venían abajo y por eso decidió irse por otro lado de la música, esta vez aprendió a tocar violoncelo y eso era lo que actualmente hacía y lo que más la apasionaba.

- No puedes estar cantando esto Allison – el semáforo se puso en rojo y tuvimos que detenernos, la lluvia hacía que las plumillas del auto se movieran de izquierda a derecha constantemente.

- Scott, sé que te estás preguntando, en que como una chica de 24 años puede tener en su ipod canciones de one direction.

- Exacto Allison, eso estoy pensando en este momento – la interrumpí –

- Bueno, no tengo una respuesta a tu pregunta, pero solo puedo decirte que esta canción me hace acordar a ti – y cuando me miró pude notar como la sonrisa le llegaba hasta los ojos. Cuando Allison me conoció, yo era un crio de 21 años que estudiaba leyes ya que toda su familia por parte de padre había sido abogados o jueces. Pero eso no era lo que realmente yo quería estudiar. Mi verdadera pasión era la pintura, pero para toda mi familia no era más que un hobbie, el cual tenía muy desarrollado. Pero cuando ella llegó a mi vida, con su música, interpretándola con una pasión similar a la que yo sentía cuando pintaba, eso hizo sentirme seguro de mí mismo y enfrentar a mis padres. Claro que las cosas no salieron bien, dejé la carrera y para mis padres fui la vergüenza de la familia, el hijo que estaba perdido. Fue el año más duro de mi vida, tuve que empezar a trabajar y ahorrar dinero para irme a Nueva York, en donde sabía que mis sueños se harían realidad, y allí me siguió Allison, ella con su música yo con mis cuadros.

Los ruidos de las bocinas de los autos que venían detrás de mí me hicieron despertar de los recuerdos, Allison solo se puso a reír y me dio un leve golpe en el hombro. Avancé hasta el siguiente semáforo y afortunadamente nos dio luz verde para poder seguir avanzado.

Lo último que pude escuchar fue la voz de Allison.

Scott! – al escucharla gritar me giré de inmediato para verla y lo único que pude ver fue su rostro horrorizado para luego sentir el impacto del camión que se estrellaba contra el lado del copiloto.

Cuando desperté aún estábamos en el automóvil, un dolor punzante en mi pierna me hacía querer gritar del dolor, pero lo que me produjo más dolor, fue ver el cuerpo de Allison a través de la ventana, tirado en mitad de la calle, rodeado por el personal médico y más allá, se encontraba la ambulancia, esperando por ella.

Intenté remover mi pierna pero al hacerlo un fuerte grito escapo de mis labios llamando la atención del personal médico que ahora trasladaba en una camilla a Allison. Solo pude ver sus labios moverse y luego dos jóvenes paramédicos se acercaban a toda velocidad hasta el auto, donde me encontraba aún. Uno de los chicos intentó abrir la puerta para poder tener mejor acceso a mí pero fue imposible abrirla.

-          Señor, ¿se encuentra bien? – preguntó el chico que sostenía en sus manos un maletín de reanimación.

-          Allison, ¿Dónde está Allison? ¿Dónde se la llevaron? ¡Allison! – intenté moverme pero nuevamente la pierna me lo impidió y grité desesperadamente.

-          Señor, necesitamos que se calme. Mi nombre es William y necesito saber un par de cosas antes de sacarlo de ahí – intenté responderle pero solo pude asentir con la cabeza. William era un chico de alrededor de 25 años, rubio y con muchas pecas en los pómulos.

-          Está bien, primero necesitamos saber su nombre –dijo el otro chico.

-          S-scott Mccall – no pude evitar el titubear, no me importaba que me atendieran, necesitaba saber cómo se encontraba Allison, si ella estaba mal, a mí me daba igual sobrevivir.

-          Señor Mccall, necesitamos saber si siente sus piernas, sus brazos y su torso.

Era obvio que sentía mis piernas, ya que el dolor me estaba matando. Moví las manos y sentí en cada uno de mis dedos un hormigueo y al intentar removerme también me di cuenta que sentía el torso.

-          Estoy bien, solo tengo la pierna atrapada en esta maldita cosa –

-          El equipo de rescate ya está por llegar señor Mccall – respondió William – no demora nada en llegar.

-          Allison, Allison – no podía dejar de repetir su nombre, tenía que encontrarla.

-          Ella está de camino al hospital señor.

-          No-puede-morir – mi mente se empezó a nublar y lo último que recuerdo es haberme quedado dormido mientras William y el otro paramédico comenzaban a mover sus labios.

i won't let you go.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora