Peleas

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Pacífica y Mabel habían tenido una pelea ocasionada por el novio de la castaña. La californiana se negaba a comenzar ella la conversación. La noroeste estaba muy herida como para mirarla.
A pesar de estar las dos juntas en esa pequeña reunión de amigos ninguna hablo con la otra, incluso los presentes notaron el distanciamiento puesto que las dos eran inseparables en todo momento, nadie estaba cómodo con esa atmósfera pero lo disimulaban, la única persona con un gran humor era la pareja de la castaña, todo el tiempo estuvo junto a ella sin darle tiempo ni de saludar a los invitados.

—Veo que estas muy sola, Paf.—uno de los amigos del hermano de su amiga se acerco para conversar.

—Estas tu aquí ¿no?—pregunto retóricamente dándole una mirada divertida al chico.

Ambos comenzaron una conversación que los hacia reír a carcajadas que incluso llegaron a ser molestas para los cercanos a ellos.

Pacifica reía a gusto hasta sentir esa mirada a sus espaldas. Giro su cuerpo buscando al causante de su incomodidad, su mirada se encontró con la de Mabel.

Paso una larga semana para las chicas separadas una de la otra. Ninguna tenia humor para nada. Mabel quería hablar con su amiga pero el orgullo le ganaba en esa decisión. Mientras Pacifica pasaba toda la tarde comiendo helado mientras charlaba con Bill en la heladería donde trabaja el chico rubio.

—Pacifica, deberías acabar con esta pelea.—sugirió el rubio harto de ver a la hermosa chica llenar su cuerpo de grasa que le formaba una llantita poco visible.

—¡No puedo!—exclamo llevando otra cucharada de helado a su boca.—Ella me cambio por ese imbécil.

—No insultos.—le reprendió el mayor.—Hay niños aquí. —le recordó.

—Lo siento.—dijo comiendo mas helado.

—Ya basta Pacifica.—dijo Bill quitándole el galón de helado a la chica quien fruncio sus labios en un puchero.—¡Escuchame! Tu y yo somos las personas mas hermosas, guapas y sexis de este lugar, no dejaré que tú, mi hermosa personificación femenina arruine ese sexi cuerpo con mas helado.

—El tiene razón, te esta saliendo la llantita.—hablo una voz detrás del rubia.

Pacifica se levantó y corrió q los brazos de la castaña quien la recibió con brazos abiertos y la estrecho con fuerza junto a ella.

—Lo siento Paf.—susurro la castaña en su oído.

—Esta bien. Te perdono.—dijo la rubia contenta al tener cerca a esa chica que hacia latir su corazón como ningún chico logro hacerlo.

Girls Like GirlsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora