¿Algo innecesario?

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Ya sería por la tarde cuando el doctor llegó con su nuevo sujeto al laboratorio. Nada más entrar se encuentran a un ser pequeño de color amarillo. Tiene la apariencia de haberse sorprendido mucho de lo que ha visto.

- ¿D-doctor Wing Ding? Había escuchado rumores de que volvió, pero aún no puedo creérmelo, ¡está vivo!- las lágrimas casi se le caían de la felicidad-. Ha sido tan difícil seguir adelante durante todos estos años sin usted... Esto es un milagro. Espera, ¿quién es esa?

- Nadie importante. Será nuetro nuevo sujeto de investigación.

- ¿P-pero así sin más, sin ni siquiera previo aviso?

- El aviso se lo estoy dando ahora mismo, doctora Alphys.

- Bueno, si usted lo dice...

El "sujeto" cada vez tiene menos ganas de hablar. Siente que le va a servir de poco en un entorno como ese en donde el que manda la odia. Lo único que necesita es salir de allí lo antes posible.

- Entonces comencemos- Alphys interviene-. ¿Qué es lo primero que cree que deberíamos hacer?

- Te diría de abrirla en canal, pero si se enterase el rey tendríamos un problema.

Esto se empieza a pasar de sádico.

- Doctor Gaster, ¿qué le parece una muestra de sangre y alguna prueba de reflejos oculares?- Alphys también se ha percatado de la peculiaridad y la razón por la que la chica está aquí-.

- Me sirve- su tono con aires de indignación no mejoraban el ambiente-.

Alphys lleva a Shine a una sala en la que le hace sentarse. Un rato después saca una aguja hueca bastante grande. El sujeto mira en todo momento lo que la pequeña científica hace, de momento no se fiaba de nada de por ahí.

- Doctor, ¿quiere hacer usted la prueba ocular?

- ¿Estás bromeando? Creo que ya sabe de sobra que no pienso acercarme mucho al humano.

- Alphys suspira-. Sí, sí que lo sabía. Pero pensaba que quizá tendría interés por saber cómo reaccionan sus ojos.

- Lo siento, pero el odio y los recuerdos son más fuertes que la curiosidad.

Así que es eso...

Comienza la prueba ocular. Una luz intensa no para de moverse de un lado a otro, Shine intenta seguirla sin problema con la vista. Parece que Alphys de momento está satisfecha con los resultados. Ahora la luz está quieta, la doctora intenta examinar a fondo todas las partes del ojo del sujeto. Algo la sorprende.

- ¡Gaster!

- ¿Sí, Alphys?- su indiferencia era notable-.

- Su pupila. Sale luz de ella, y creo que esa luz hace que su iris sea de ese color tan amarillo.

- ¿Está segura? Recuerde, es un humano, no un robot- ahora era el que sonaba con tono humorístico-.

- Sé que no me creerá hasta que no lo vea. Así que por favor, venga y obsérvelo.

El doctor se acerca desganado hacia el sujeto, coge la linterna con desprecio y empieza a examinar. Por un momento se que completamente inmóvil, no se puede creer lo que sus cuencas ven. ¡Era verdad!

- Increíble... Es imposible que un humano pueda tener tales características, su organismo no tiene ningún componente que cree una reacción lumínica, y aún menos en un lugar donde demasiada luz como la que hay dentro de sus ojos no ayuda- el doctor tuvo que colocarse varias veces las gafas para poder creérselo-.

- ¿Conoces alguna característica inusual a parte de esta?

Como bien dije antes, Shine no tenía ganas de hablar, por lo que al principio ni le contesta. Pero un rato después la mirada tenebrosa de Ding Ding le hace responder agitando la cabeza de un lado a otro, dando a entender que no conocía otra característica.

- Ya veo... Creo que vamos a tener que ponerte a prueba.

Lejos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora