Malentendido

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La joven de cabellos rosados corría por la mansión Vocaloid portando solo una falda negra y un sujetador, pues su novia le había robado la única camiseta limpia que poseía solo por fastidiarla.

Cuando la mayor se encontraba tomando una ducha rápida en su baño privado, la joven de dos coletas entró sin hacer ruido en la habitación de esta y agarró la camiseta para luego salir corriendo. Así que cuando la chica salió o único que encontró fue la falda y la ropa interior, sin rastro de su camiseta. Supo quién la había tomado porque solo Miku era capaz de dejar un aroma a puerros a cada lugar que pisaba 

Pasó por la cocina, viendo a Rin tomando un jugo de naranja mientras canturreaba por lo bajini. Esta sonrío maliciosamente al ver en que condiciones se encontraba la pelirosa 

-¿Que ha pasado?¿Miku te ha vuelto a dejar a medias otra vez? 

Luka se sonrojó de pies a cabeza, literalmente. Todo era culpa de su escurridiza novia, nunca pensó que sería capaz de hacerle algo así

-No, esa idiota me ha robado la ropa -Aclaró fastidiada 

-Claro, claro. A Meiko le gustará el chisme 

Mientras Luka se dedicaba a explicarle la situación a la rubia, la chica de dos coletas pasó corriendo por detrás de ella.

-¿Acaba de pasar detrás cierto?

Rin asintió para luego seguir tomando su jugo tranquilamente. La mayor corrió detrás de su novia hasta llegar al salón, que por suerte estaba vacío. Miku saltó por los sofás, pero no contó con que su novia apareciera enfrente de ella. Las dos chocaron mientras la menor se caía encima de la chica, que hasta este momento seguía con su semblante tranquilo 

Hasta ahora no se daba cuenta de las pintas de su novia; llevaba su camiseta y sus bragas de conejitos que se le hacía muy tierna. Se sonrojó inmediatamente, al igual que su compañera 

Las dos se tensaron cuando el ruido de las llaves. Justo aparecieron en la entrada de la casa Meiko y Kaito, quienes llevaban ya un mes de relación 

-¡No es lo que parece!-Gritaron a la vez 

Era demasiado tarde, Kaito ya se encontraba con una hemorragia nasal en el suelo. Meiko pensó que podría desangrarse de tanta sangre que estaba echando el pobre. Rodó los ojos y se alejó a la cocina a buscar a sus queridas botellas de sake 

Mientras tanto las dos chicas solo quería que la tierra se las tragase

¡Estúpida Miku y su manía de robarle las cosas!  

One-shots NegiToroWhere stories live. Discover now